La Navidad es época de reencuentros, regalos y grandes comidas. Pero la lactancia en Navidad a menudo se convierte también en la temporada oficial de la «auditoría familiar». De repente, tías, suegros y cuñados parecen tener un máster en nutrición infantil y opinan libremente sobre lo que comes, lo que bebes y cada cuánto pide pecho tu bebé.
Desde FEDALMA queremos que te sientes a la mesa tranquila, informada y empoderada. Por eso, hemos preparado esta guía que combina la evidencia científica de e-lactancia.org con estrategias prácticas para gestionar las presiones externas.
1. Mitos de la lactancia en Navidad: «Alimentos Prohibidos»
Es un clásico: vas a coger un langostino o un poco de col lombarda y alguien salta: «No comas eso, le cambiará el sabor a la leche» o «Si comes legumbres, le darás gases al niño».
La Realidad Científica:
- Los gases no pasan a la leche: La leche materna se forma a partir de tu sangre, no del contenido de tu estómago. Los gases de tu digestión se quedan en tu intestino. No viajan a la teta.
- El sabor cambia (y es positivo): Alimentos como ajos o espárragos pueden matizar el sabor de la leche, pero esto es bueno: ayuda al bebé a familiarizarse con la dieta familiar, facilitando la alimentación complementaria futura.
- Restricciones: Prácticamente ninguna. A diferencia del embarazo, en la lactancia puedes comer jamón, sushi, quesos azules o marisco cocinado sin riesgo para el bebé.
2. El Brindis Navideño: ¿Puedo beber alcohol?
Aquí la presión es doble: te juzgan si bebes («¡mala madre!») y a la vez te dicen el mito de la abuela: «Tómate una cervecita, que te subirá la leche».
Lo que dice e-lactancia.org:
- La cerveza con alcohol NO aumenta la leche: Es falso. De hecho, el alcohol puede inhibir la oxitocina (la hormona que hace que salga la leche) y sedar al bebé.
- ¿Y la cerveza sin alcohol? Las cervezas 0,0 sí son una buena opción. No por el alcohol, que no tienen, sino por su contenido en antioxidantes y cebada. Así que, si te apetece una cerveza, elígela 0,0 y disfrútala sin miedo.
- Si decides brindar con alcohol: La clave es el TIEMPO. El alcohol pasa a la leche igual que a la sangre, pero no se acumula. Si tomas una copa de vino o cava de forma puntual, hazlo justo después de amamantar.
- La Regla de las 2,5 horas: Debes esperar a que tu cuerpo metabolice el alcohol antes de la siguiente toma. El tiempo orientativo es de 2,5 horas por cada copa estándar.
- No tires la leche: Extraerse leche y tirarla no acelera la eliminación del alcohol de tu sangre. Solo el tiempo lo hace.
3. La presión sobre la frecuencia («¿Otra vez tiene hambre?»)
Las reuniones navideñas son caóticas: luces, ruidos y brazos desconocidos. Es normal que el bebé pida pecho con mucha más frecuencia, buscando seguridad y regulación emocional.
Tu Defensa: El pecho es su «puerto seguro» en medio del caos. Que pida más no significa que tu leche sea insuficiente por haber comido turrón; significa que necesita a su madre para calmarse.
4. Estrategias para la Paz Mental
- Respuesta «Disco Rayado»: Ante comentarios insistentes, repite una frase neutra: «Gracias, pero el pediatra dice que todo va genial así».
- El Escudo (Tu Pareja): Pactad antes de la cena. Su misión es interceptar comentarios y desviar la atención si te critican.
- Planifica el Café: Ojo con la suma de café, refresco de cola y chocolate. La cafeína sí pasa a la leche y puede irritar al bebé. Intenta no superar los 200-300mg al día.
- El Rincón de Lactancia: Si te sientes juzgada, retírate a otra habitación con la excusa de que «el bebé necesita tranquilidad». Úsalo para respirar y desconectar.
Conclusión: Tu leche sigue siendo perfecta, comas langostinos o polvorones. Confía en tu cuerpo, consulta e-lactancia.org ante cualquier duda y disfruta de las fiestas. Recuerda que, pase lo que pase, tu lactancia en Navidad es tuya y de tu bebé. ¡Disfrútala a tu manera!
En definitiva, vivir la lactancia en Navidad no tiene por qué ser una carrera de obstáculos. Con información, paciencia y una copa (¡sí, se puede!) en la mano, disfrutarás de estas fiestas tanto como tu bebé. ¡Feliz Navidad!
