¡No a la Censura de la Lactancia Materna en Espacios Públicos!

En Salamanca, una madre valiente se enfrenta a una decisión indignante por parte de una piscina local. Mientras participaba en clases de matronatación con su hijo de 21 meses, decidió alimentar a su bebé con el amor y la naturalidad que solo la lactancia materna puede proporcionar. Sin embargo, en lugar de apoyo y comprensión, se encontró con la mirada censora de la empresa que administra la piscina.

La madre, en un acto de coraje y amor, ejercía su derecho fundamental de amamantar a su hijo en un espacio público. Pero, ¿Qué respuesta obtuvo?. Una acusación velada de «distracción» hacia el instructor y otros participantes. Esta respuesta indignante refleja un problema mucho más profundo arraigado en nuestra sociedad: la incapacidad de aceptar la lactancia materna como un acto natural y hermoso, y la persistencia de estigmas y prejuicios contra las madres lactantes.

¿Acaso la nutrición y el bienestar de un bebé son motivo de «distracción»? ¿Desde cuándo alimentar a un hijo se considera una molestia? La lactancia materna es un derecho humano básico, reconocido y protegido por la Organización Mundial de la Salud y numerosas leyes nacionales e internacionales. Sin embargo, en la práctica, las madres lactantes continúan siendo víctimas de discriminación y censura en lugares públicos. La decisión de la piscina en Salamanca es un ejemplo alarmante de esta discriminación sistémica. Al limitar la libertad de una madre para amamantar a su hijo en un espacio público, se perpetúa la idea arcaica de que la lactancia materna es algo que debe hacerse en privado, lejos de la vista del público. Pero ¿por qué deberían las madres lactantes verse obligadas a esconderse o sentir vergüenza por darle lo mejor a sus hijos?

Es hora de desafiar estos estigmas y defender el derecho de cada madre a amamantar a su hijo donde y cuando lo necesite, sin miedo a ser juzgada o censurada. La lactancia materna es un acto de amor, nutrición y conexión entre madre e hijo, y no debería ser objeto de debate o escrutinio público.

Instamos a la piscina de Salamanca y a todas las instituciones a que revisen sus políticas y prácticas para garantizar que las madres lactantes sean respetadas y apoyadas en sus decisiones de alimentar a sus hijos. La inclusión de espacios adecuados para la lactancia y la promoción de la educación y la sensibilización sobre la importancia de la lactancia materna son pasos fundamentales hacia una sociedad más inclusiva y respetuosa con la maternidad. ¡Basta de censura! ¡Basta de estigmas! Es hora de defender los derechos de las madres lactantes y construir un mundo donde la maternidad sea celebrada, no censurada. 

Ana Pacheco Rodríguez
Vicepresidenta de  Fedalma.

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