ENTREVISTA SOBRE CORTO TRIBUTO A ‘FLORA CALL DISNEY’ (FEDALMA)
UN NUEVO ARTÍCULO DE LOS LUNES FEDALMA
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Entrevistamos a Isla Vela, poeta y escritora, tras el reconocimiento al segundo Mejor Storyreel por su cortometraje tributo a Flora Call Disney, madre de Walt Disney, a través del programa creativo de Story Xperiential (Pixar in a Box)
Así es, desde bien pequeña he sido una enamorada de las películas Disney, las veía todas, me encantaban todas. Hacían volar mi imaginación y es que en mi casa se veían a menudo en familia y también nos llevaban a menudo al cine a verlas. Pienso que esos recuerdos tan entrañables de mi infancia hayan hecho que me interesara mucho por la figura de Walt Disney, por el que siento un profundo respeto y admiración, pues su legado en la historia ha sido y será memorable, pues contar a los niños y nos tan niños historias tan inspiradoras, bellas y llenas de esperanza es algo tremendamente importante y necesario.
Y es que él era un auténtico visionario, siempre tenía la mirada puesta en el futuro, en el progreso. Pues bien, cuando estaba embarazada de mi hija Alana, la segunda, y como me pasó también en el embarazo de mi primer hijo, Eric, mi creatividad se disparó. Y pasó una cosa curiosa, empecé a preguntarme que había detrás de aquel hombre que soñaba con crear historias que alegraran e inspiraran la vida de la gente, de fundar parques de atracciones que unieran a las familias y les permitieran disfrutar juntos… Quería saber cuál era el origen y, de pronto, no sé cómo, me vino a la cabeza la idea de investigar sobre su madre, Flora: quién fue, cómo era, a qué se dedicaba…
Después, me di cuenta de que quizás, detrás de todo esto también había un deseo mío de rendir homenaje a las mujeres, en especial a las madres, por el papel tan importante que tienen en la sociedad, educando, criando, cuidando y alimentando en todos los sentidos a nuestras criaturas, que son el futuro… Por todo ello, rendir homenaje a la Flora Call Disney, a través de una película, me parecía la manera más genuina de rescatar del olvido su figura y, con ella, su gran labor e influencia en quien fue Walt, a la vez que esto servía de tributo a todas las madres y mujeres del mundo. No se me ocurre medio mejor que el cine, que es el séptimo arte, para ensalzar una historia de amor entre una madre y un hijo como la de Flora y Walt. Además, debo reconocer, que existen atisbos de mi historia en la de Flora, pues es inevitable para una escritora no reflejarse, en mayor o menor medida, en sus personajes.
Resultará extraño, pero, personalmente, siento que cuando narro el embarazo de Flora con Walt estoy narrando el mío con mi hijo, al que, mientras estaba en la barriga, ya le contaba cuentos, le cantaba nanas, le escribía un diario… Y eso es, más o menos, lo que hace Flora con Walt en mis obras. Casualidad o causalidad, mi hijo posee una imaginación desbordante, una gran pasión por los cuentos, y una incesante afición al dibujo desde que descubrió el lápiz. Por eso, siempre digo que no nos imaginamos lo muchísimo que podemos influir en nuestros bebés dentro el vientre materno… ¡Y es que estamos cocreando a nuestras criaturas!
Claro que sí, tuve que documentarme muy bien, eso es vital para que una historia sea lo más real y auténtica posible. Además, yo quería contar la verdad para poder rendir el tributo que Flora se merece, aunque, por su puesto, hay mucho de ficción en la historia, discurre entre la fantasía y la realidad, pues no deja de ser una animación con tintes Disney, y la magia no podía faltar… Para ello, me leí la que quizás se la biografía más fehaciente de Walt, titulada ‘Walt Disney, the Triumph of the American Imagination’, de Neal Gabler; vi multitud de documentales, películas, investigué por internet, leí artículos antiguos y modernos, entrevistas de los familiares, etc. Todo lo que llevara el nombre de Walt o Flora era bienvenido para mí. Y el resultado no me fue sorprendente, era lo que yo ya, como madre y mujer, había intuido, Flora era una mujer risueña, bromista, amable, que jugaba mucho con sus hijos, con buena cultura (había sido maestra de escuela) y que contaba muchos cuentos a sus hijos.
De ahí, que piense que Walt fue quien fue e hizo lo que hizo, gracias en gran parte, a la influencia de su madre. Y, curiosamente, a mi parecer, él es, de los cinco hermanos, el que más se parece física y psíquicamente, a ella. También, debo decir que me hubiera gustado encontrar más información de esta maravillosa mujer; en mi opinión no hay tanto como debiera, por ello el resto se lo dejé a mi imaginación y experiencia como madre.
Sí, de esto también he tenido que informarme. Además, tengo la suerte de que mi suegra, Modesta Salazar, ha ejercido de matrona en el Hospital General de Elche, así como de investigadora y docente en la Universidad de Alicante, escribiendo numerosos artículos sobre el papel de la matrona antiguamente y en la actualidad. Ella fue, principalmente, la que me informó de cómo funcionaban los partos en aquel entonces, tanto en España, como en otros países como Estado Unidos. Y, como muchos ya se imaginan (y nos contaban nuestras abuelas) las mujeres daban a luz en casa, a menudo acompañadas de otro grupo de mujeres (familiares, amigas, vecinas), y asistidas, si había suerte de que estuviera disponible, de la matrona del pueblo, quien a menudo era una una mujer mayor con gran experiencia en haber asistido muchos partos. Por lo general, el marido tampoco estaba presente en el momento del alumbramiento, de hecho es algo relativamente moderno. Por suerte, ahora hacemos a los hombres más partícipes de ese momento tan vital como es el nacimiento de un hijo, lo cual les ayuda también a fortalecer ese vínculo paterno-filial y a comprender el gran esfuerzo que supone dar a luz a un hijo que, en resumidas cuentas, viene a ser dar la vida por este.
Por otro lado, si que hay aspectos de procedimiento de los partos antiguos que, en mi opinión, si convendría rescatar (en la medida de lo posible y siempre y cuando no suponga un riesgo para la madre y su bebé), y es que se dieran de una manera más natural, más tranquila y relajada, respetando al máximo la voluntad e integridad de la mujer, y con el mínimo uso de instrumental médico.
Exacto, en aquella época, 1901 (fecha en la que nació Walt), no existían los preparados y leches de fórmulas, las madres, simplemente, hacían lo que su naturaleza de mujer les requería: dar el pecho a sus hijos para alimentarlos. Incluso, era habitual que dichos niños lactaran hasta la edad de 7 y 8 años, lo que, lamentable, para muchos hoy en día parece escandaloso, y, en realidad, resulta ser un ‘seguro de salud’ para el niño y la madre y un fortalecimiento del vínculo emocional entre estos.
Por razones de tiempo, mi storyreel de Flora (que viene a ser como la antesala a un cortometraje) solo me permitía contar esta historia en unos pocos minutos, por lo que la historia acaba con el alumbramiento de Walt Disney. Sin embargo, esta historia es consecuencia del guión original (un largometraje que lleva el mismo nombre, ‘Flora, A Mrs. Call Disney Tribute’ y disponible en la plataforma https://blcklst.com), y que sÍ cuenta cómo vivían tanto Flora como Walt la lactancia materna.
Debo decir que disfruté especialmente la escritura de esta parte, pues lo relaté tal y como yo he vivido la maravillosa experiencia de amamantar a mis hijos. Recuerdo que cuando estos eran unos bebés y yo los alimentaba, sentía que les estaba proporcionando algo más allá que alimento, vitaminas, defensas para su organismo, etc. Sentía que también les ofrecía calor, protección, ternura, fuerza, amor…, y lo mismo recibía yo de ellos, era recíproco. De hecho, hay estudios que subrayan y corroboran esto que comento e, incluso, destacan que es importante cuidar el estado de la ánimo de la madre en esos momentos, porque también les transmitimos nuestras emociones. Por ello, la escena de dar pecho de Flora a Walt en mi guión de largometraje es una de las más mágicas e inspiradoras, pues cuenta de una manera poética y evocadora este proceso que retroalimentación natural tan increíble que existe.
La verdad es que debo reconocer que antes me preocupada. Ahora no. Es más, te contaré una anécdota de cuando en la plataforma de The Black List, donde tengo colgado mi guión de largometraje, uno de los evaluadores que valoró mi obra, me vino a decir algo así como: ‘Todo muy bien, pero la escena del bebé jugando con el cordón umbilical puede resultar ofensiva para el público’. ¿Un feto jugando con el cordón umbilical es sinónimo de que está sano y alegre? ¿Por qué iba a ser ofensivo? No lo cambié, dejé esa escena. De hecho, ese cordón umbilical simula una liana al estilo Tarzán por la que el bebé se cuelga en una de sus muchas aventuras, jeje.
Por suerte, en España, tenemos una perspectiva muy abierta y apertura mental acerca de la lactancia materna, y cada vez más. Hace nueve años, cuando amamantaba a mi hijo Eric, recuerdo taparme con una muselina para que nadie lo viera, era cómo si me avergonzara de algo que es mi naturaleza de mujer. Pero eso era lo que hacíamos todas las madre entonces. Pero de qué me voy a avergonzar, ¡si no hubiera tetas no habría humanidad! O eso dice Rigoberta Bandini en su canción ‘Ay, mamá’, ¿verdad?: ’No sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas, sin ellas no habría humanidad ni habría belleza’. Pues bien, seis años después, con el nacimiento de mi hija, ya no me tapé, ni me escondí (y, por suerte, ninguna mujer más lo hacía), daba pecho en la calle, en el bus, en el colegio, en una tienda, en donde fuera, ya hubiera gente o no delante). Y es que si mostramos la lactancia materna como un tema tabú, les estamos lanzando un mensaje subconsciente al mundo de que mostrarnos tal cual somos las madres, con el gran poder de alimentar a una criatura (de forma natural, gratis y sana), es una ofensa para la sociedad. Para la sociedad de consumo, desde luego lo es.
Ay, sí, a ese cuento le tengo mucho cariño. En primer lugar, porque soy una amante de las ballenas, me apasionan por su belleza, su inteligencia y majestuosidad. Y, como explicaba en la charla, ¡son animales muy similares a las mamás humanas en lo que a embarazo, lactancia y crianza se refiere! En segundo lugar, porque habla de mí, y a su vez, de la historia de muchas madres que han pasado por situaciones de lactancia similares en las que todo el mundo nos decía lo que teníamos que hacer, cómo lo teníamos que hacer… alejándonos de nuestro propio instinto materno y humano ¡La realidad que viví con hijos me inspiró y animó a escribirlo! Y, en tercer lugar, porque la Asociación de Lactancia materna a la que pertenezco, que bien conocéis vosotras, ‘La Mama D’Elx’, fue la que me animó a escribir el cuento y me ha ayudado a difundir mi labor literaria como mamá escritora. Aquí siempre he sentido mucho soporte y apoyo desde el mismo momento en que di a luz y comenzó la etapa de la lactancia y la crianza, que, como todas sabemos, es un momento vital muy vulnerable para la mujer, por lo que toda ayuda, toda sororidad es un regalo para ella.
Por último, os doy mil gracias a vosotras, Fedalma, por brindarme en su momento la oportunidad de participar en vuestro último congreso (https://www.fedalma.org/congresos/congreso-2022/) por invitarme a dar voz en vuestro programa de radio (https://www.ivoox.com/declaracion-institucional-ciudad-amiga-lactancia-audios mp3_rf_105052468_1.html) y permitirme seguir compartiendo mis historias y mis logros a través de entrevistas como esta.
Uf, buena pregunta… No lo sé, ojalá tuviera la respuesta, pero supongo que por el mismo motivo por el que todavía no se han hecho películas en las que la protagonista sea una madre. Yo hago hincapié en Flora, porque fue la mismísima madre del creador de estas historias y, con más motivo, se merece ese homenaje, pero debemos ir un paso más allá en la creación de personajes de nuestras películas y reconocer que los verdaderos héroes se encuentran cada día a pie de calle pasando inadvertidos (por ejemplo, una profesora, un bombero, una policía, un enfermero…).
Y una madre, en particular, ya por el solo hecho de crear una vida en su vientre, de dar a luz a un bebé con el tremendo esfuerzo físico y mental que requiere, de amamantar para que pueda crecer ese niño, cuenta con los más alucinantes superpoderes. Tenemos heroínas en casa, nuestras abuelas lo son, nuestras madre lo son, nosotras lo somos. No necesitamos trucos de magia y personajes fantásticos, ¡los tenemos enfrente! No tenemos que inventarlos, ya existen, solo tenemos que atrevernos a verlos y rendirles culto. Y con esto estoy tratando de entender por qué Disney nunca le ha hecho una película a (permíteme este juego de palabras) ‘la madre que lo parió’, por que, tal vez, todavía no se haya percatado del papel tan fundamental que tuvo en la vida de Walt, y por eso no le haya dado el valor que tiene como madre. También, podemos imaginar que, como Flora falleció de forma trágica, hablar de ella puede retrotraernos a ese triste desenlace. A través del ejemplo de Bambi, cuya madre fallecía en la película, y como en muchas otras películas Disney, vemos que Walt se atrevía a hablar de la muerte con naturalidad, e incluso este tipo de vicisitudes servían de conflicto al argumento para impulsar al personaje principal a avanzar en la historia, fortalecerse y lograr sus objetivos.
Pero, pensemos, no fríamente, si no con el corazón: ¿qué hubiera deseado más Walt, que tan unido estaba a su madre y tanto la adoraba, que una de sus películas hubiera tenido como protagonista a su querida mamá? Y bueno, esto es tan solo mi humilde opinión y mi sentir.
Ahora mismo, tengo el foco puesto en acabar lo que empecé, pues llevo trabajando en este proyecto de ‘Flora Call Disney’ (guión de largometraje y storyreel) ya tres años y no me pienso rendir ahora, quiero ser constante y ver que este deseo mío de corazón se materializa, pues intuyo que puede hacer bien a mucha gente, en especial, a esas madres que tendrán una figura de heroína con la que realmente identificarse, y a esos niños, que al mirarlas, se darán cuenta de la labor tan importante que hacen por ellos diariamente. Nada me haría más ilusión ahora mismo que Disney llamará a esta puerta, pero no espero sentada.
Mientras tanto, cada día, me dedico yo a llamar a las puertas con la intención de que me abran: envío emails a productoras, comparto la obra y sus logros en redes sociales, hago cursos, me formo en escritura de guión, escritura creativa y storyboarding, amplío mi red de contactos en Linkedin con artistas que trabajan para Pixar y Disney, fortalezco la parte más creativa de mi curriculum, etc). De momento, siento que estoy un poco más cerca de cuando esto era solo una bonita idea que me rondaba la mente y el corazón, pues ahora ‘Flora, A Mrs. Call Disney Tribute’ ha sido reconocido como el segundo storyreel más votado por mis compañeros del programa creativo que actualmente estoy realizando con Story Xperiential, un curso creado por antiguos artistas y trabajadores de Pixar (https:// www.storyxperiential.com/learn-more).
Y bien, los sueños están para cumplirlos, yo desde luego no soy una soñadora pasiva, sino activa, que se esfuerza por sus ideales y trabaja con pasión y entusiasmo en conseguirlos, pues al atrevernos a crear nuestro sueños dejamos el legado a nuestros hijos de que también ellos pueden construir los suyos y , a su vez, dejamos al mundo los efectos que nuestros sueños concretos tienen. Nuestros sueños son un faro para guiar y hemos venido a este planeta a iluminarlos un poquito más. No debemos faltar nunca a nuestros sueños ni a los sueños de nuestros hijos, que de nuestra presencia y apoyo vienen muchas de sus decisiones y deben aprender que no existe lo imposible. Por lo que he leído, Flora fue una madre muy presente en la vida de su hijo, que apoyaba su afición al dibujo y los cuentos. Como decía, Walt Disney: ’It’s a kind of fun to do the impossible’ (‘Es bastante divertido hacer lo imposible’). Lo es, y mucho, créeme.
Este año estoy de enhorabuena, sí… Mi esfuerzo, sumado a la pasión por lo que hago, me esta dando muchas alegrías. Y tengo especial cariño a la historia de ‘VioLet’s’ Kite’… Sí, la ‘L’ en mayúscula porque es un juego de palabras en el que ‘Let’ significa soltar, y es que de eso va la historia, de aprender a soltar en la vida (cargas, lastre, decisiones, personas, situaciones, etc). Parece fácil, pero en realidad es una de las cosas más difíciles que existen. Esta historia nace de un poema de mi poemario ‘Poesiaemoción: del miedo al Amor’ (https://islavela.es/2023/06/06/poemario-ilustrado-poesiaemocion-delmiedo-al-amor/) titulado ‘La cometa de Violeta’. Es una de mis poesía más personales, pues habla de una situación en la que tuve que aprender a soltar para poder avanzar y ser más libre y feliz. Y me alegra mucho que se llevara hace unos meses un reconocimiento en Elche por parte del ‘Rural Film Fest’ (https://www.ruralfilmfest.org) como ‘Millor Mòbilmetratge No tens iaia o sí 2023’. Además, ‘VioLet’s Kite’ es el primer storyreel que realicé gracias al curso de Story Xperiential (VioLET’s Kite | Xperiential) para el cual tuve que aprender a usar la tableta gráfica por primera vez y sin experiencia previa, ¡fue todo un reto que me costó muchas sonrisas y lágrimas! Por esto y mucho más, esta historia y ese premio con sabor ilicitano tiene mucho valor sentimental para mí. Y, a su vez, debo decir que me siento sumamente agradecida, pues las obras que vengo realizando son, de alguna manera, un trabajo en equipo, y es que si no fuera por el feedback de mi marido, familiares y amigos, la ayuda con las ilustraciones, la edición de los vídeos y las traducciones, no habrían quedado tan profesionales.
Es justamente eso, la historia de Flora es el reflejo de la historia de la gran mayoría de madres, que no solo dan la vida por sus hijos en el momento del parto, sino que la continuan dando segundo a segundo, año tras año… por y para sus hijos. Porque una madre es madre para siempre, para toda la vida. Sin embargo, su importantísima labor en el mundo y su trabajo desinteresando lleno de amor incondicional (en la crianza, la educación, etc) no es lo suficientemente reconocido en nuestra sociedad y por eso quedan relegadas a segundo plano en la historia (y a terceros y a cuartos planos…).
Por ello, sí, veo muy factible contar la historia de Flora en formato libro, para lo cual ya contamos con un material magnífico, que son las propias ilustraciones que utilizamos para hacer el storyreel de Flora realizadas por mi amigo y artista de los pies a la cabeza Wences Pérez. De hecho, tras obtener el reconocimiento con ‘Flora, a Mrs. Call Disney Tribute’, el equipo de Story Xperiential nos recomendó la idea de llevar a cabo un libro ilustrado y también de crear un cortometraje en sí, para lo cual Wences y yo ya nos hemos puesto manos a la obra. ¿Y ver Flora en teatro? ¡También estamos caminando en esa dirección! Ahora que está fresca (y es buena) la idea, tenemos, más que nunca, que ir a por ella.
Maquetación : Anaís Ferrández Rodríguez. Lic. Estadística. Presidenta Fedalma. Socia La mama d’Elx. Coordinadora Comisión Comunicación.
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