¿DÓNDE QUEDA LA SORORIDAD ENTRE MUJERES?
Lactancia Prolongada y Juicio Social
El debate sobre la lactancia materna más allá de los 6 meses revela una falta de solidaridad entre mujeres, donde la maternidad se convierte en un constante examen y juicio. Es fundamental defender la libertad de cada mujer para decidir sobre su maternidad sin presiones sociales ni repercusiones laborales.
La lactancia materna, especialmente cuando se extiende más allá de los seis meses, es una decisión profundamente personal que, sin embargo, a menudo está sujeta al escrutinio de la sociedad. Muchas mujeres que optan por la lactancia materna prolongada se sienten juzgadas, y, paradójicamente, este juicio suele venir de otras mujeres. Este fenómeno revela una falta de sororidad y solidaridad entre mujeres, un tema complejo que merece ser explorado con cuidado.
Una de las razones por las que las mujeres que practican la lactancia materna prolongada se sienten juzgadas es el choque con las expectativas sociales. A pesar de que organismos de salud, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomiendan la lactancia materna hasta los dos años o más, existe una percepción cultural en muchos lugares que asocia la lactancia prolongada con prácticas anticuadas o excesivas. Esta percepción genera una presión social que se traduce en comentarios y miradas que juzgan, cuestionan e incluso ridiculizan a las madres que eligen amamantar por un período prolongado.
Es significativo notar que este juicio muchas veces proviene de otras mujeres, lo que plantea la pregunta: ¿por qué no hay más sororidad en estos casos? La falta de solidaridad entre mujeres en torno a la lactancia materna puede tener raíces en varias dinámicas sociales y culturales. Por un lado, las mujeres han sido históricamente educadas en un entorno que promueve la competencia entre ellas en lugar de la cooperación, una realidad que se exacerba en la maternidad, donde las decisiones se convierten en terrenos fértiles para la crítica y la comparación.
Además, la maternidad se ha visto, durante mucho tiempo, como una especie de «examen» diario en el que las mujeres deben demostrar que son capaces de cumplir con las expectativas que la sociedad les impone. Esta presión constante para cumplir con un ideal maternal hace que cualquier decisión que se desvíe de la norma, como la lactancia prolongada, sea vista con sospecha o desdén. Este juicio se alimenta de la necesidad de algunas mujeres de reafirmar sus propias elecciones personales a través de la crítica a las decisiones de otras.
La falta de sororidad y apoyo entre mujeres también puede estar influenciada por la falta de espacios seguros y abiertos para discutir y compartir experiencias de maternidad sin temor al juicio. La maternidad, y especialmente la lactancia, se vive a menudo en la soledad, sin el apoyo de una comunidad que entienda y valide las decisiones de la madre. En lugar de alentar la empatía y la comprensión, muchas mujeres se encuentran en entornos donde la crítica es la norma y la sororidad, la excepción.
FEDALMA, la Federación Española de Asociaciones Pro-Lactancia Materna, es una organización que agrupa y apoya a diversas asociaciones de grupos de madres dedicadas a la promoción de la lactancia materna en toda España. Desde su creación en 2003, FEDALMA ha jugado un papel crucial en el fomento y apoyo de la lactancia materna a través de diversas estrategias y acciones.
Hoy, más que nunca, debemos valorar y fortalecer estas redes de apoyo, recordando que detrás de cada madre que amamanta hay una comunidad dispuesta a sostenerla.
Gracias a las asesoras de lactancia por su entrega desinteresada, por ser la mano amiga que muchas madres necesitan, y por demostrar que la lactancia materna no es un camino que se recorre sola, sino una travesía compartida y apoyada por el amor y la comprensión de otras
mujeres.
Es fundamental que la sociedad avance hacia una mayor comprensión y aceptación de las diversas formas en que las mujeres viven su maternidad. La maternidad no debe ser un examen constante, y menos aún la lactancia materna. Las mujeres deben sentirse libres para tomar decisiones sobre su cuerpo y su vida sin temor al juicio o a perder oportunidades laborales por ello. La libertad de elección en la maternidad es un derecho, y la solidaridad entre mujeres es crucial para garantizar que este derecho se respete.
Ana Pacheco Rodríguez
Vicepresidenta de FEDALMA
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