José María Paricio, Pediatra

José María Paricio participa en el XIII Congreso FEDALMA. A su cargo está la conferencia «La lactancia, un bien de todos. Código y leyes de protección».

“El código se incumple sistemáticamente, todos los días, por todas las compañías”

José María Paricio Talayero, Pediatra, doctor en Medicina y subdirector médico en el Hospital de Gandía. Además, es diplomado en Diseño y estadística en Ciencias de la Medicina y ha realizado 15 cursos de posgrado. Es creador de www.e-lactancia.org y fundador y presidente de la Asociación para la Promoción e Investigación científico-cultural de la Lactancia Materna (Apilam). Su amplia actividad docente y como ponente se centra en la lactancia materna, área en la que ha recibido varios premios de investigación. Es autor del libro ‘Tú eres la mejor madre del mundo. La crianza en los tres primeros años’.

JM Paricio

Entrevista

Usted viene a hablar de la protección institucional y legislativa de la lactancia. ¿Cuáles son los principales instrumentos?

Uno de los principales instrumentos es el Código internacional de comercialización de sucedáneos de leche materna, código de 1981 firmado entre la industria de alimentación infantil y organismos de salud como la OMS y otros defensores de buenas prácticas en alimentación infantil. Este código es un conjunto de reglas destinadas a proteger la lactancia materna de prácticas comerciales poco éticas. Su preámbulo declara que “la comercialización de los substitutos de la leche materna requiere un tratamiento especial que hace inadecuadas en el caso de esos productos las prácticas habituales de comercialización”.

El código obliga a aquellos países que, como España, lo han firmado. Prohíbe expresamente la promoción y publicidad de sucedáneos de leche materna, biberones, tetinas y cualquier alimento que se pretenda comercializar para antes de los 6 meses de edad.

Además existen directivas europeas, decretos gubernamentales en España (RD 867 de 2008) y declaraciones institucionales de las diversas comunidades autónomas que defienden la práctica de la lactancia. Aquí mismo, en Castilla-La Mancha, las Cortes hicieron una Declaración Institucional a favor de la lactancia a finales de 2005.

Finalmente hay todo un conjunto de protocolos, de guías de buena práctica, de normativa aconsejada por las diversas sociedades científicas (Pediatría, Ginecología, Matronas, Enfermería…) que declaran a la lactancia materna como el método de alimentación de excelencia para bebé, madre y sociedad.

¿Hay algún lugar donde denunciar las infracciones?

Es necesario primero conocer bien el código, que no es tan largo ni tiene tantos artículos, para poder saber qué, dónde y cómo se puede denunciar una infracción. Una publicidad indebida en un establecimiento o en un medio de comunicación o una oferta a bajo precio de fórmulas lácteas de inicio, por ejemplo, se pueden denunciar en la oficina del consumidor más cercana (casi seguro que hay que recordarles la existencia del Real Decreto 867 de 2008), pero esto, la publicidad indebida, no suele ocurrir en nuestro país, pues los fabricantes del sector saben la existencia de la ley y se cuidan de infringirla, al menos claramente, en este sentido.

Lo triste es que es en establecimientos sanitarios públicos y privados (hospitales, centros de salud, consultas y farmacias) donde más se incumple el código. Un cartel con propaganda, un calendario de una marca, un bolígrafo, un bloc de notas con la exhibición del nombre de una fórmula infantil, un paquete regalo en una maternidad o consulta de matrona que en su interior contenga publicidad indebida son hechos bastante habituales y muchas veces no denunciados. Muchos sanitarios no son conscientes de que están ejerciendo como agentes comerciales de las multinacionales del sector.

Se puede luchar contra estas infracciones dentro del ámbito sanitario, por medio de la queja. Vale la pena primero intentar hacerle ver al responsable (jefe, supervisor, coordinador o médico, enfermera o matrona directamente) la violación del código que eso supone (no nos debe sorprender que desconozcan su existencia). No obstante, agotada o no emprendida la vía anterior, según convenga o apetezca, siempre podemos recurrir a la hoja de reclamaciones del establecimiento en cuestión.

Existe un organismo internacional, la IBFAN (Red Internacional de Grupos pro Alimentación Infantil) que, entre otras muchas acciones que realiza, monitorea las violaciones del código y publica cada pocos años un informe, muchas veces accesible en Internet.

Este organismo y una parte de él, radicada en Reino Unido, Baby Milk Action, tienen formularios on-line en sus páginas para recoger las denuncias de particulares, ordenarlas, clasificarlas y realizar luego un informe. El problema es que su información en Internet está muy desordenada, repetida con páginas que funcionan mejor unas que otras y no está muy claro dónde escribirles. Una de las direcciones, www.ibfan-icdc.org contiene un formulario de encuesta breve en español dentro de su apartado Forms&APP.

Pero, ¿por qué es necesaria esa protección? ¿Se cumple actualmente?

La presión comercial de empresas multinacionales con intereses en la alimentación sigue jugando un papel importante para hacer que muchas mujeres decidan no dar pecho a sus hijos y que aquellas que sí lo hacen acaben pronto. Cada niño alimentado con lactancia materna exclusiva 6 meses supone unas pérdidas de 450 a 990 euros, según marca, a estas empresas: 1.000 niños amamantados les hacen perder entre 75 y 165 millones de las antiguas pesetas.

Por ello, invierten algo más del 10% de sus beneficios en publicidad a madres y público en general, sin contar la promoción que hacen entre la clase sanitaria, pediatras fundamentalmente, pues estas empresas utilizan claramente el sistema de atención de salud como canal de promoción de sus productos.

El código se incumple sistemáticamente, todos los días, por todas las compañías. Es preciso seguir divulgando su existencia y reclamando siempre que se pueda.

¿Qué importancia tiene esta legislación, estas herramientas? ¿Qué sería sin ellas? ¿Deberían ser más restrictivas, más flexibles…?

Son fundamentales. La lactancia no es enteramente un instinto, tiene parte de cultura transmitida y eso es mudable según intereses. La lactancia es universal pero no es una multinacional con un departamento de comercialización potentemente dotado. La lactancia, las mujeres y las niñas y niños del mundo quedan muy inermes ante la agresividad comercial de los fabricantes de sucedáneos, con potentes aparatos de promoción de sus productos. No podemos olvidar que la industria de la alimentación es, junto con la de armamento, una de las más poderosas del planeta.

Se deben tomar medias a nivel estatal. La lactancia es un tema de Salud Pública y debería ser un objetivo prioritario en los planes de salud. Se debería tratar con idéntico o mayor cuidado que los planes de vacunación. Y eso empieza por asignarle un presupuesto, diseñar campañas de información y divulgación y establecer indicadores que ahora no tenemos. Sin saber claramente de qué cifras de lactancia partimos, mal podemos evaluar la efectividad de las acciones que emprendamos.

Alguien con poder, y eso sólo lo tienen ministerios de salud por una parte y las organizaciones profesionales por otra (de médicos, pediatras enfermeras, matronas) han de hacer comprender claramente a los fabricantes que deben cumplir el código (a fin de cuentas son esos fabricantes los que lo firmaron en su día) y que no hacerlo tiene consecuencias.

Hay quien tacha esta protección de la lactancia como paternalista o que limita el poder de decisión de las madres. ¿Qué piensa usted al respecto?

Para nada, el código no obliga a ninguna madre a amamantar o dejar de hacerlo. El código simplemente está para proteger la lactancia e informar de cuál es la alimentación más adecuada de los lactantes para que alcancen el mayor nivel de salud y desarrollo. El código protege a consumidores y al personal de salud de presiones e influencias indebidas sobre el tipo de alimentación más saludable.

Este es un tema arduo pero ¿deben las asesoras y los profesionales conocerlo? ¿En qué medida?

Por supuesto que deben conocerlo. Deben leerlo y saber qué pone, que es muy sencillo y no tan largo. Bromeando puedo decir que casi es más corto el contenido que su título, ‘Código internacional de comercialización de sucedáneos de leche materna’, que es muy largo.

Existen versiones accesibles en Internet, basta buscar por el nombre y se obtiene fácilmente el pdf del Código completo. Vale la pena obtener la versión original de 1981 y una posterior de la celebración, 25 años después, en la que se dilucida la cuestión de los 6 meses de edad de exclusividad de la lactancia, ya que en 1981 aún daban por bueno “4 a 6 meses”.

En sus ponencias, entrevistas e intervenciones siempre aboga por que las madres y las familias se organicen por una defensa de la lactancia, por una mejor conciliación… ¿Qué puede hacer el ciudadano de a pie?

Es verdad que es fundamental que existan códigos y leyes y protocolos de sociedades médicas y de enfermería y otras que defiendan la lactancia, pero no podemos olvidar que todo este entramado protector que existe ha sido en su mayor parte debido a la presión de entidades ciudadanas, de grupos de mujeres que presionaron en su día para que la OMS y otras entidades se hicieran eco de ello. Si las mujeres nos esperan a los sanitarios para que arreglemos la lactancia, van dadas.

Hemos de recordar que la cultura de la lactancia hasta bien entrado el siglo XIX estaba anclada en el mundo de la mujer y que fuimos los sanitarios, médicos fundamentalmente, los que se la arrebatamos, la reinventamos tergiversándola enormemente con resultados finales catastróficos. Gracias a nuestros avances pretendidamente científicos hemos estado a punto de provocar la extinción de una cultura ancestral.

Me parece de lo más sensato del mundo que haya asociaciones, grupos de mujeres que tomen las riendas de la lactancia materna y nos expliquen a nosotros lo que saben hacer ellas mejor que nosotros, que es dar pecho; si hay algún problema médico ya nos consultarán y entonces sí que deberemos estar preparados para ser eficaces.

Pero es que además las mujeres harán bien en tener una desconfianza al menos pequeña, o precaución o espíritu crítico o como se le quiera llamar, acerca de lo que desde el mundo sanitario y otros mundos alternativos les intentan vender. No olvidemos que tomar parcelas de poder siempre ha sido muy productivo para el que las toma; de hecho, ese fue el motivo del rapto histórico de la lactancia a finales del XIX. Hoy eso es impensable a esa escala, pero otras amenazas van surgiendo.

Una es la medicalización de aspectos parciales de la lactancia y otra es la difusión de técnicas o tratamientos alternativos sin ninguna prueba de su eficacia. Y puedo nombrar desde la epidemia de frenillos que nos asola (que haberlos, haylos, pero la lactancia no es siempre una lucha contra el frenillo), pasando por la invención de tipos de mastitis que no existen en la literatura científica, como las subagudas o las subclínicas con el consiguiente uso y abuso de antibióticos y probióticos sin pruebas clínicas, hasta la difusión de dietas especiales y técnicas con escaso fundamento como osteopatía, cráneosacral, homeopatía y muchas más que intentan hacerse un hueco en el mundo de la lactancia.

Usted ha tenido mucho que ver con dotar a familias y profesionales de una de las herramientas más útiles de los últimos tiempos. Me refiero a e-lactancia. ¿Cómo surgió la idea y cómo se ha ido desarrollando? ¿Es suficientemente conocida, sobre todo por los profesionales?

En 1998 acabábamos de ganar el galardón de la Iniciativa hospital Amigo de los Niños (IHAN) de OMS-UNICEF para el Hospital Marina Alta (Denia, Alicante) y mucha gente, profesionales y madres nos consultaban muchas cosas, entre otras, sobre medicamentos que podían o no tomar las madres.

Descubrimos que todo lo que ponía al respecto en los prospectos era muy negativo (“no tomar este medicamento si se da pecho” o peor: “no dar pecho si se toma este medicamento”) y que además no estaba basado en ningún estudio. Descubrimos que había estudios científicos que probaban justo lo contrario. Que había medicamentos que no pasaban nada o muy poco a la leche y que eso no era peligroso para sus bebés. Con los datos que recogíamos de libros y artículos, nos hicimos un fichero en Access para uso interno e intentamos ponerlo en la intranet del hospital para poder consultarlo desde cualquier puesto de trabajo.

Había tantas restricciones de seguridad en los ordenadores corporativos de la Conselleria de Sanitat que el jefe de Informática del hospital nos propuso ponerlos en Internet, y ahí estamos. Tardamos poco en averiguar que además de nosotros muchas otras personas estaban mirando la página, por lo que decidimos cuidarla mucho con referencias científicas y actualizaciones constantes.

Durante tres años, en 2004 tuvimos apoyo económico de la Conselleria de Sanitat. Luego tras la quiebra técnica de la Comunidad Valenciana por el despilfarro de sus gobernantes, esto se acabó. Actualmente tenemos instituciones y grupos serios e importantes en el mundo de la Sanidad, la Salud Pública, la lactancia y la crianza que nos dan su aval científico, que confían en nosotros (la Liga de la Leche, la asociación de pediatras de México, la asociación de Bancos de Leche de España, la IHAN de España, la ABM (Academy of Breastfeeding Medicine), etc.

Con estos avales estamos buscando apoyo económico institucional. De momento para pagar servidores, traducciones y búsqueda bibliográficas recibimos donativos puntuales de los usuarios de la página. No nos sentimos solos, aunque sí necesitados y nos preocupa la continuidad, la sostenibilidad del proyecto.

El número de consultas que nos hacen anualmente de todo el mundo es impresionante, se cuenta por millones. Aun así es cierto que todavía quedan profesionales que no saben de la existencia de la página e-lactancia.orgTambién ha colaborado en el empoderamiento de muchas madres con su libro ‘Tú eres la mejor madre del mundo’, donde también habla de lactancia. ¿Qué encontrará quien lo lea?

Creo que nunca habrá suficientes oportunidades para decirle a una madre que se siente mal que lo está haciendo bien. Las madres suelen tener tal grado de autoexigencia y quieren tanto a sus hijos que con frecuencia creen que algo que han hecho mal es la causa que ha podido perjudicar a su hijo. Hay que convencerlas que el virus que tiene su bebé no tiene nada que ver con lo que hayan hecho ellas los días anteriores, que lo habría cogido igual o de otra manera si hubiese hecho cosas diferentes. Aún se sienten más culpables si la enfermedad es seria o aparecen problemas escolares o trastornos de conducta. Es cierto que la influencia de los padres es mucha, pero muchas enfermedades nada tienen que ver con lo que hagan los padres y la personalidad y desarrollo del niño tiene que ver con muchas cosas además de lo que hayan hecho los padres.

Haber visto a tantas madres atribuirse culpas de modo innecesario, me llevó a dedicar un capítulo entero a hablar de la culpa en el libro de crianza que escribí.

En determinadas corrientes de la psicología y de la crianza se tiende a atribuir a la madre un papel único y determinante en todo lo que les ocurra a sus hijos en el futuro, y eso no es cierto. Se les hace creer en un determinismo tal que viene a decir, simplificando, que si no lo abrazó o consoló bastante aquel día, por eso luego ha tenido los problemas que ha tenido. Estos agoreros que culpabilizan a las madres y casi no les permiten respirar olvidan que hay muchas oportunidades en la vida para corregir posibles errores, que los factores de todo fenómeno suelen ser múltiples y que existe una cualidad de los humanos llamada resiliencia, la capacidad de reponerse a la adversidad.

No soy filósofo, ni sociólogo, ni historiador, pero vivo en este mundo de raíces tan judeo-cristianas y hace ya unos 1.800 años que los Proverbios nos hacen soñar con la mujer hacendosa, de más valor que las perlas. Se ha esperado y se sigue esperando todo de la mujer. La mujer tiene deberes en muchas sociedades de toda ideología. Se espera que críe a los niños para que sean futuros ciudadanos de la patria, se espera que les amamante, se espera que sea buena esposa, buena amante, buena cocinera, buena madre. Esta quimera, aunque intelectualmente esté rebatida, ha hecho poso en los hombres de hoy y, lo que es peor, en las mujeres de hoy. Aunque muchas de las actitudes de ese “ser perfecta” están abolidas intelectual y emocionalmente, hay un fenómeno al que he asistido estos años de profesión: la práctica generalización de la idea de una híper-responsabilidad, véase culpa, en las relaciones de las madres con sus hijos, es decir, el pensar que tienen que ser perfectas en este tipo de relación.

Es cierto que puede ser una reminiscencia de la idea bíblica de mujer hacendosa, pero también lo es que diversas corrientes del pensamiento posterior, incluido el psicoanálisis, al menos el inicial, culpabilizan a las madres. También ciertas derivas de la teoría del apego le atribuyen a la madre un papel casi excluyente en la crianza que puede ser muy perturbador para la mujer y mucho más aquí y hoy, como dice Carolina del Olmo en su esclarecedor ‘¿Dónde está mi tribu? Maternidad y crianza en una sociedad individualista’.

Además, pienso que hay una fragilidad especial en las relaciones entre madre e hijo debido a fenómenos innatos, biológicos y que superan a los del padre o pareja. El recién nacido está preparado para enamorarnos, para vincularnos a él y, aunque es capaz de lograrlo con cualquiera de los que están por allí, la más sensible, la que más lo va a notar es la persona que lo ha engendrado y llevado nueve meses dentro de ella. Está ya muy sensibilizada. Si además de engendrarlo, le da pecho, qué quieres, eso acelera la vinculación.

Muchas madres sólo con oír a sus hijos se notan subidas de leche y tienden a cogerlos más en brazos. Y aunque rehúyo las teorías de la vinculación obligatoria única y exclusivista entre madre e hijo, es cierto que los primeros meses este apego es normalmente el más fuerte de los que puede establecer un bebé con un adulto.

El título que había pensado inicialmente era muy aburrido: ‘Estrategias de madres’. Pero luego pensé que la última frase del libro en realidad era la mejor: “Tú eres la mejor madre del mundo”. En efecto, para cada bebé, su mamá es la mejor mamá del mundo. ¿Quién está sacando el mundo adelante? ¿Cómo sobreviven muchos niños en los países pobres? ¿Quién concilia aquí? Las madres. Y pese a eso viven con una especie de culpa perpetua.

Su actividad divulgativa y formativa se centra en su mayoría en la lactancia materna. ¿De dónde viene su interés?

Mi primer contacto con la lactancia ocurre cuando mi mujer amamanta a nuestros tres hijos. Esto ocurre en un momento, finales de los 70, en que pocas mujeres amamantaban y no había referencias familiares ni de amistades. Además yo venía de acabar Medicina y no tenía ni idea de lactancia. Y cuando digo ni idea es exactamente así: ni idea. Observé fundamentalmente lo bonito que era, también que podíamos ir de viaje y de camping sin ningún problema, Christine lo llevaba todo en ella y yo la veía muy guapa y orgullosa de ella misma. Es cierto que nuestros hijos no padecieron ninguna enfermedad los primeros meses de su vida, pero eso no me llamó la atención; como digo, la lactancia me entró por la estética.

Posteriormente, haciendo la residencia de Pediatría en el Hospital La Fe, de Valencia, nadie nos hablaba de lactancia salvo una pediatra, la doctora Ana Muñoz, que se paraba a hablar con las mujeres en la maternidad y si estabas atento podías aprender mucho con ella. Aprender, por ejemplo, algo tan obvio como que la lactancia es importante para muchas mujeres.

Posteriormente, a los pocos años de profesión constaté que los bebés amamantados enfermaban mucho menos que los no amamantados. Y era muy evidente y muy sorprendente. Lo que yo veía en el día a día estaba publicado en multitud de artículos de revistas científicas. Y en la facultad de Medicina habían omitido ese dato (eso sí, me hicieron aprender de memoria cuántas micras mide exactamente cada virus y bacteria existente, cosa que nunca me ha servido para nada).

Todo ello me hizo leer cada vez más publicaciones que tuviesen que ver con la lactancia y vi que era todo un mundo valiosísimo y que ni yo ni mis compañeros estábamos preparados para ayudar a una mujer que tuviese un problema concreto de lactancia. Y junto a mis compañeros del Hospital Marina Alta de Denia, a mediados de los 90, decidimos aprender lactancia. Más vale tarde que nunca.

Irene García, Bióloga

Irene García participa en el XIII Congreso FEDALMA dentro de la Mesa Redonda «la mujer lactante hoy». Su ponencia trata del «Lactancia y empoderamiento femenino».

“Gran parte de la violencia contra la mujer se articula en torno a la maternidad”

Irene García Perulero es bióloga molecular, feminista, lactivista y activista del parto respetado, así como experta en violencia obstétrica. Es una activa bloguera desde 2002, comunicadora y escritora. Asimismo, es coautora de ‘Una nueva maternidad’, codirectora de Cangurosymas.es, cocreadora de ‘Infancias Libres’ y ‘Ni putas ni princesas’. Madre y creadora de ‘La maternidad y el encuentro con la propia luz’. Colabora con Cuaderno de Valores de Educo, Pedagogía Blanca, Mujeres Empoderadas y Asesoras Continuum.

Irene García Perulero

Entrevista

En el XIII Congreso Fedalma Irene hablará sobre feminismo y lactancia. ¿Qué visión hay desde el feminismo (o los feminismos) de este fenómeno?

Dependiendo del feminismo que estemos hablando. Al feminismo de la igualdad le parece un retroceso y una vuelta al pasado. Las feministas de la igualdad piensan que es una esclavitud y un sacrificio enorme, que para eso están los biberones, y en la corresponsabilidad desde el minuto cero con el progenitor masculino. Piensan que da lo mismo dar teta que biberón. Este es el feminismo oficial, institucional, el que más se oye. Hay otras que nos consideramos feministas y no tenemos esa visión. No sé si nos ubicamos en algún tipo de feminismo (el ecofeminismo, el feminismo de la diferencia…) aunque yo voy por libre. Hay muchas asociaciones de lactancia materna y las asociadas se consideran feministas.

¿Hay cierto enfrentamiento? ¿Estas posturas pueden convivir?

En teoría deberíamos poder convivir, porque el feminismo habla de libertad de elección. El feminismo lucha por que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres, pero esto al final tiene que ver con la libertad de elección. La lactancia tiene que ser algo voluntario; si no quieres, va a fracasar, porque para que una lactancia no fracase la mujer tiene que querer dar teta. De otra manera, no saldrá adelante. Tiene mucho que ver con la sexualidad femenina y, por ello, para mí debería ser un tema que el feminismo protegiese con mucho ahínco: el derecho a dar el pecho y a disfrutar una parte de la sexualidad que, además, nada tiene que ver con los hombres y que es propia de las mujeres. Las mujeres que dan el pecho se encuentran con muchas dificultades. Ambas posturas deberían ser compatibles. No dar teta es una elección tan válida como darla.

Esto tiene mucho que ver con la figura de la mujer en el ámbito laboral. ¿Qué proponen unos feminismos y otros al respecto?

El feminismo de la igualdad propone bajas paternales iguales e intransferibles para los padres, pero el problema es que es muy corta. En otros países son largas y da igual la parte que se pueda transferir, mientras que en España solo tenemos seis semanas de baja intransferible y el resto se puede transferir. Ellas argumentan que la maternidad es lo que nos impide acceder al mercado laboral. A mí me parece un argumento falaz: lo que nos impide entrar al mercado laboral es el mercado laboral, que nos discrimina. Pero no la maternidad. Es igual que decir que nos violan por llevar minifalda, es culpar a la víctima de la discriminación que sufre.Los responsables de la discriminación son quienes nos discriminan y para eso hay que hacer leyes que nos protejan a nosotras y al derecho a la lactancia y a todo aquello que se deriva de nuestro papel en la reproducción, que es claramente diferente al del hombre. Negar esto es negar la biología.

¿Tiene que ver la lactancia con el empoderamiento femenino?

Cuando consigues una lactancia exitosa, te empoderas. Ocurre porque hay mecanismos neurológicos que lo favorecen, ya que la lactancia dispara los centros de recompensa. La mujer que no consigue dar pecho es por distintas interferencias externas. Atacar la lactancia es una manera de desempoderar a la mujer muy efectiva. Es una de las violencias de género más sutiles y difíciles de detectar.

¿Al igual que la violencia obstétrica?

Una mujer que da el pecho está muy emancipada, también de la industria de la alimentación infantil. Las mujeres que hoy dan el pecho tienen recursos socioeconómicos altos, son gente preparada. Antes eran las pobres y ahora son las ricas, porque dar teta es muy difícil y hay muchos obstáculos, desde que te separen en el momento del nacimiento a que el pediatra no utilice las tablas de la OMS. No creo que sea de manera consciente, pero sí está tan normalizado y aprendido que creemos que los cuerpos de las mujeres son defectuosos y no pueden parir ni dar teta. Nos lo han machacado tanto que nos lo creemos: nosotras, las madres, los pediatras, etcétera. No es algo consciente, pero la consecuencia final es que se la desempodera porque cuando tu cuerpo no hace lo que se supone que tiene que hacer, te sientes mal.

¿Cómo se lucha contra esto?

Las redes de mujeres de apoyo a la lactancia son las que van a cambiar el mundo. Son las que colaboran en estos activismos pacíficos, sin ningún tinte violento, cuyas reivindicaciones son tranquilas, asertivas y poco agresivas. Hay que seguir apoyando a las mujeres que quieran acercarse, seguir informando utilizando las redes, porque ahora la capacidad de amplificar la información es mucho más grande que antes, cuando todo era de tú a tú y con poco alcance. Hay que seguir formando redes de apoyo, que son imprescindibles no solo para conseguir lactancias sino para cambiar el mundo.

¿Los medios de comunicación buscan enfrentar a esos dos tipos de madres? ¿En el mundo 1.0 también existe esa contraposición, ese enfrentamiento?

La mayoría de la gente con la que hablo no ha dado teta y no pasa absolutamente nada. Es un tema que se trata de vez en cuando, sobre todo al principio y siempre desde el respeto. Nunca he visto ninguna pelea en el parque sobre ello. El problema de Facebook es que es un patio de vecinos y queda todo escrito, lo cual es un peligro porque lo que se habla en la puerta del colegio se lo lleva el viento. La guerra de madres es bastante artificial y, a la hora de la verdad, a la gente le importa bastante poco. Lo que más me ha sucedido cuando daba de mamar era que algunas mujeres me contaban con pena por qué no había podido dar pecho, con los típicos mitos. No lo hacían desde ninguna trinchera, sino como desahogo. He tenido ocho años de lactancia y solo una vez me han mirado mal.

¿Cómo llega a interesarse por estos temas? ¿Ser bióloga tiene algo que ver?

Tuve un parto horrible con mi primera hija y di con El parto es nuestro. Un ginecólogo me dijo que la oxitocina sintética era igual que la natural y me puse a buscar, porque era bióloga y quería investigar. En eso sí sirve mi carrera porque interpreto los estudios científicos de diferente manera. Desde el punto de vista de una bióloga, el funcionamiento del cuerpo y la mente humana es espectacular, aunque soy bióloga molecular. Pero el desencadenante fue un parto desastroso. Yo antes era feminista de boquilla: pensaba que teníamos todo conseguido y ahora he visto que, en los temas de reproducción y maternidad, hay una gran violencia.Gran parte de la violencia contra la mujer se articula en torno a la maternidad.

¿Quizá la más invisible?

Todavía nos queda hasta que la violencia obstétrica sea entendida como lo que es, porque ahora está muy normalizada y se considera normal que te hagan episiotomía o Kristeller; de hecho, vas al parto esperando que te lo hagan. En las preparaciones al parto no se habla de otras opciones y aún son minoría quienes quieren partos naturales, aunque cada vez más. En otros países ya hay leyes, en Argentina y Venezuela, y se llegará a eso. Cuando esto se consiga, podremos decir que interferir en la lactancia también es violento porque también es una parte de nuestra sexualidad.

¿Hacia dónde debe ir el feminismo?

Creo que reivindicar los derechos sexuales no puede quedarse en permitirnos abortar de una manera higiénica, que es lo que acepta el feminismo. Probablemente es una reivindicación que hay que hacer, el derecho a decidir sobre maternidad y la información sobre anticonceptivos, pero hay otra vertiente clara: las mujeres somos las que parimos y para que la especie siga existiendo hay que seguir pariendo. Proteger nuestros derechos reproductivos tiene que ir más allá del derecho a no tener hijos, sino del derecho a tenerlo y criarlos libremente en buenas condiciones. La lactancia no es una obligación moral, sino un derecho. Si las feministas que hay ahora en los cargos públicos no son capaces por sus historias personales, que entiendo perfectamente, deberían permitir que otras con otras experiencias expresen sus opiniones.

Natalia Fuentes, Matrona

Natalia Fuentes participa en el XIII Congreso FEDALMA dentro de la Mesa Redonda «La mujer lactante hoy». Su ponencia trata del «¿Cómo abordar la diversidad cultural?».

“Las asesoras deben comprender las fortalezas y debilidades de las mujeres de las diversas culturas”

Natalia Fuentes López es matrona en el Hospital General de Tomelloso (Ciudad Real), experta en sexualidad, autoconocimiento y terapia del reencuentro, así como en igualdad de género. Tiene experiencia laboral en Guinea Ecuatorial y Mozambique, entre otros, y ha investigado sobre el perfil maternal, obstétrico y social de las mujeres inmigrantes, entre otras cuestiones. Ha impartido diversos cursos y, como ponente, ha hablado del conocimiento sobre la lactancia materna entre los sanitarios y sobre la lactancia “aquí y allá”.

natalia fuentes

Entrevista

En la mesa redonda del XIII Congreso de Fedalma va a hablar de cómo se puede abordar la diversidad cultural en los grupos de apoyo. ¿Cómo deben actuar las asesoras?

Las asesoras deben, en primer lugar, conocer la cultura (creencias y costumbres) de estos diferentes grupos en relación con la maternidad y la crianza y, en segundo lugar, familiarizarse con las circunstancias con las que conviven en nuestro contexto, de tal manera que pueden así tener una idea aproximada de cuáles son las fortalezas y debilidades de estas mujeres y, por tanto, puedan comprender en qué áreas deben ser apoyadas y/o reforzadas, y en qué otras áreas pueden actuar inclusive como agentes.

En las últimas décadas, España se ha empapado de muchas culturas extranjeras. Entiendo que los problemas a los que se enfrenta una madre lactante son similares pero, ¿qué diferencia a los distintos países en lo que a lactancia se refiere?

La lactancia materna va unida de manera intrínseca a la forma en la que se concibe la maternidad, la crianza, la forma de parir, etcétera. En mi opinión, y de manera muy resumida, la diferencia entre los distintos países y regiones se basa en la existencia o no de una “cultura de la lactancia materna”. En general, en aquellos países capaces de conservarla y/o recuperarla, existen altos índices de lactancia materna prolongada. Aquí podemos incluir, la mayor parte de países africanos, gran parte de los países latinoamericanos, sobre todo aquellos con mayor población indígena, así como zonas del norte de Europa. En la otra cara, están los países en los que tras décadas de lactancia artificial, se ha perdido esa cultura, y que poseen índices muy bajos de lactancia materna, sobre todo a partir de los cuatro meses. Entre estos países se encuentran, por ejemplo, EEUU, Rumanía, China, etc. Por supuesto, hay países y regiones que se encuentran en un punto intermedio.

No solo inmigrantes, sino que etnias minoritarias, como la gitana, podrían necesitar el apoyo de un grupo. ¿Son reticentes?

No creo que las reticencias sean en concreto hacia los grupos de apoyo, sino hacia el sistema en general. No podemos negar que existe cierta desconfianza mutua entre los trabajadores del sistema sanitario y las personas de etnia gitana. No obstante, las experiencias que se han realizado con grupos de etnia gitana han dado muy buenos resultados.

¿Cómo solucionar esto?

En general, con la superación de los prejuicios por parte de los trabajadores de la salud hacia estos grupos y teniendo un interés real por conocer y familiarizarse con su cultura y costumbres (en este caso en concreto, en relación a la maternidad y la crianza). Y, por último, creo que es importante que tomemos la iniciativa en la aproximación, buscando activamente el contacto con esta población, por ejemplo, realizando visitas domiciliarias.

Usted tiene experiencia en Guinea Ecuatorial y Mozambique. ¿Qué labores ha desarrollado allí? ¿Qué ha aprendido y qué ha enseñado?

En Mozambique era coordinadora de una ONG sanitaria que apoyaba a varios distritos de salud en el desarrollo de todas sus actividades, por ejemplo, construcción y equipación de hospitales, formación del personal, apoyo nutricional, trabajo con parteras tradicionales, campañas prevención, etc. Nuestros principales objetivos eran reducir la tasa de mortalidad materna e infantil, así como reducir el contagio por VIH. En Guinea ecuatorial, era asesora externa del Ministerio de Sanidad. Realicé el protocolo de control del embarazo, de atención al parto, de atención en el puerperio, así como la guía de planificación familiar. Fuera del Ministerio, realicé el temario de la formación de auxiliares de parto, así como una formación a parteras tradicionales. He aprendido muchísimo, tanto de lo bueno como de lo malo, sobre todo como persona, lo que creo que me ha ayudado a ser mejor profesional. Además salir de tu ‘mundo’, te ayuda a comprenderlo mucho mejor.

¿Qué opina de la situación de esos países?

Hay muchas cosas que no me gustaban; por ejemplo, el papel de la mujer en la sociedad, la falta de organización, la corrupción, la pobreza, etcétera. Además, es muy triste observar como sus progresos, en concreto en cuestiones sanitarias como la atención al nacimiento, les lleva inexorablemente hacia los mismos errores que hemos cometido y cometemos nosotros. Es una pena que no puedan aprender de nuestros errores y transcenderlos, y que parezcan abocados a repetirlos. Quizá se debe a que la dirección de estos avances sigue siendo dictada por el etnocentrismo occidental y el patriarcado. Pero, sin embargo, me enamoré de lo que todavía perdura de su cultura: de su visión transcendental y mágica del mundo, de su conexión con la naturaleza, de su forma de exprimir el presente, disfrutando de lo más simple, y de su conexión con el cuerpo y la sexualidad. En Guatemala, estuve apoyando un centro que trabajaba principalmente con los agentes sociales y con las víctimas de la violencia infringida durante tantos años de guerra y desigualdad, en especial la violencia sexual. También tuve la oportunidad de apoyar a ONG local en relación a la atención al parto, así como la formación de las parteras tradicionales. Aprendí que es esencial trabajar con el cuerpo para recuperar el cuerpo y el alma, la importancia de dar voz al dolor, y de perdonar, lo importante que es empoderarse como individuo pero también como grupo, como etnia. Comprendí las heridas y las cicatrices profundas que tienen estos países y sus gentes, y también comprendí su origen.

Asimismo, es experta en Terapia del Reencuentro. ¿Podría explicar en qué consiste?

La Terapia de Reencuentro (TR) es un modelo que fue creado por la doctora Fina Sanz, que parte de la integración de la Psicología, Sexología y Educación con una perspectiva de género y comunitaria, integrando también los aportes de otras disciplinas y tradiciones culturales. La salud se entiende como un proceso biopsicosociosexual, por lo que se analizan los procesos y se interviene en tres dimensiones: la individual, la relacional y la social. La persona es contemplada como ser sexuado integrando sus aspectos físico, emocional, mental, espiritual, comportamental y social.

¿Qué tiene que ver con la salud de la mujer en general?

La TR está pensada para el abordaje de las personas, de forma individual y/o grupal, desarrollándose un trabajo dentro de una perspectiva de prevención (autoconocimiento, desarrollo humano, educación para la salud) y terapia. En cuanto a las mujeres, al ser la TR una terapia con perspectiva de género, está claramente enfocada a trabajar con ellas, ya que se abordan tanto los problemas propios del individuo en relación a su historia, familia, guiones de vida, etc., como aquellos derivados del patriarcado, la cultura judeo-cristiana y el género, que tanto han cincelado la personalidad y problemática de la mujer. Proporciona a la mujer herramientas de autoconocimiento, de trabajo con el cuerpo, con las emociones, etc., que le permiten conocerse, empoderarse y generar cambios internos que le permitan establecer relaciones de buen trato tanto con ellas mismas como con los demás.

¿Y con la lactancia?

La TR nos proporciona muchas herramientas que nos van a ayudar a trabajar en múltiples áreas, como, por ejemplo, las siguientes:

  • Conocer y trabajar las creencias, guiones de vida, expectativas y miedos (individuales, familiares, culturales y sociales) en relación a la maternidad y a la lactancia materna.
  • Recuperar la conexión con el cuerpo, y en especial con el cuerpo sexuado.Apoyar el proceso de empoderamiento que debe suponer la lactancia materna.
  • Trabajar con las emociones, aprender a transformarlas, etc.
  • Mejorar las relaciones y la comunicación con la pareja, familia.
  • Identificar y comenzar a trabajar los diferentes duelos que pueden aparecer en relación con los procesos de maternidad y crianza (por ejemplo, con el parto soñado, el cambio físico, la pérdida de espacio personal, etc.)

Desde 2011 trabaja en el Hospital General de Tomelloso. ¿Qué se está haciendo en el hospital y en la localidad para favorecer la lactancia y otras cuestiones relacionadas con la mujer?

Respecto a la lactancia materna, el hospital de Tomelloso, no está llevando a cabo ninguna política activa para favorecer la lactancia materna, como nos muestra el hecho de que no existe un protocolo de lactancia, no se ha realizado ninguna formación específica del personal, no se ha restringido el uso de tetinas, etc. No obstante, en el paritorio favorecemos, siempre que el estado de la madre y el recién nacido lo permiten, el contacto piel con piel y el inicio de la lactancia materna dentro de las dos primeras horas postparto. En el centro de salud, cuenta con un grupo de apoyo a la lactancia materna. El personal de enfermería/matronería, tanto de especializada como de comunitaria, diseñamos un estudio de lactancia materna, con varios objetivos principales: conocer la situación real de la lactancia materna así como sus condicionantes y, a partir de esta información, poder diseñar un protocolo de lactancia materna, así como la batería de medidas que se consideren necesarias para favorecer la lactancia materna en nuestra región. Sé que en el Centro de la Mujer se desarrollan múltiples talleres y actividades gratuitas para mujeres de la localidad, pero no conozco los detalles de la mayoría. Yo, por mi parte, he realizado en el centro cuatro talleres para mujeres con diversas temáticas: Autoconocimiento para el cambio; Vínculos amorosos, favoreciendo relaciones de igualdad y buen trato; y el taller de crisis y duelos.

Karen Ramírez, Fonoaudióloga

Karen Eliana Ramírez participa en el XIII Congreso FEDALMA dentro de la Mesa Redonda «¿Pueden ayudar otros profesionales?». Su ponencia trata de la  «Presentación del estudio: proyecto de innovación social desde la fonoaudiología».

“Haber lactando favorece el desarrollo del aprendizaje, el lenguaje y la cognición, gracias a los diferentes componentes de la leche humana”

Karen Eliana Ramírez Gómez es Fonoaudióloga por la Universidad Nacional de Colombia y diplomada en Lenguas y Literatura en Educación Inicial. Es miembro de los grupos de investigación ‘Oralidad, Escritura y otros Lenguajes’ y ‘Cognición y Lenguaje en la infancia’ en su universidad, ha desarrollado varios proyectos sociales (entre ellos uno de promoción de la lactancia humana) y cuenta con publicaciones académicas en el área del desarrollo oromotor.

karen ramirez

Entrevista

¿En qué consiste el proyecto que dará a conocer en el Congreso Fedalma 2016?

La idea de crear actividades y ejercer funciones de consejería en lactancia humana en el contexto comunitario surge de las experiencias previas en el hacer profesional de la Fonoaudiología en la Universidad Nacional de Colombia, en el ámbito hospitalario. En 2014 se presentó esta propuesta en la ‘Convocatoria Nacional de Extensión Solidaria para el Fortalecimiento de la Innovación Social en la Universidad Nacional de Colombia 2014’ y ganó, lo que da cuenta del interés de entes académicos y políticos nacionales por velar por la protección de la lactancia materna. El objetivo general es crear espacios de consejería y apoyo, así como del desarrollo comunicativo de los niños hasta seis meses, mujeres gestantes en el último trimestre y mujeres lactantes.

¿Qué relación tiene el trabajo del fonoaudiólogo (en España, logopeda) con la lactancia materna?

Las funciones profesionales involucran evaluación, intervención, consejería individual y grupal, promoción y prevención. El trabajo desarrollado involucra las áreas de conocimiento desde la comunicación, el desarrollo motriz oral y en educación en salud.

¿Tiene incidencia haber o no lactado con el desarrollo del lenguaje?

Haber lactando favorece el desarrollo del aprendizaje, el lenguaje y la cognición, gracias a los diferentes componentes de la leche humana. Este proceso se relaciona además con el desarrollo del habla, específicamente en los procesos sensoriomotores de la alimentación.

¿Es el fonoaudiólogo un profesional que hay que tener en cuenta ante determinados problemas de la lactancia?

Sí, puesto que por sus conocimientos es un profesional especializado en la atención de sensibilidad oral, cardiopatías, malformaciones craneofaciales, alteraciones respiratorias, defectos anatómicos adquiridos, defectos neurológicos, síndromes, dificultades en succión y deglución, prematurez, relactación e implementación de instrumentos de alimentación para favorecer la abalactación, entre otros.

¿De dónde viene su interés por la lactancia materna?

De mi inclinación frente al trabajo en torno al desarrollo infantil, los procesos de alimentación, la motricidad oral, los procesos de desarrollo humano y en pro de la reivindicación de lo femenino desde el empoderamiento y las intervenciones socioculturales.

¿Qué otras áreas abarcan sus proyectos actuales?

Mis proyectos actuales involucran temas diversos, desde la educación inclusiva, la cualificación educativa, y las construcciones académicas desde la lactancia humana; el desarrollo humano y el buen vivir.

Mariona Visa, Comunicación Audiovisual

Mariona Visa participa en el XIII Congreso FEDALMA dentro de la Mesa Redonda «La mujer lactante hoy». Su ponencia trata de «La representación de la mujer lactante en la ficción cinematográfica y televisiva».

“La representación de dar de mamar a un niño mayor de un año está muy relacionado con caracterizarlo como niño malcriado”
“La representación de la madre lactante tiene connotaciones eróticas y humorísticas”

Mariona Visa Barbosa, Doctora en Comunicación audiovisual por la Universitat de Lleida y licenciada en Comunicación audiovisual por la Pompeu Fabra (Barcelona), es profesora en el Grado de Comunicación y Periodismo Audiovisuals de la UdL. Entre sus publicaciones, destacan ‘Madres en red. Del lavadero a la blogosfera’ (coautora) y ‘Padres y madres en serie. Representaciones de la parentalidad en la ficción televisiva’ (coordinadora). Cuenta con numerosas publicaciones en revistas académicas y se centra en la representación de la parentalidad en los medios, la fotografía familiar y en las redes sociales. Madre de dos hijos amamantados.

mariona visa

Entrevista

En la mesa redonda en la que va a participar va a hablar de la representación de la mujer lactante en el cine y la televisión. ¿Cuál será la idea principal?

La conferencia analiza la representación de lactancia materna y en el cine, pero da pie a hablar de las series, porque últimamente tenemos muchos ejemplos. Lo que quiero poner sobre la mesa es qué connotaciones tienen las mujeres lactantes en los medios: eróticas, humorísticas… Es decir, de qué va acompañado en el contexto de la escena. He analizado 20 películas para este artículo y una de las conclusiones es que suele ir asociado a connotaciones eróticas y humorísticas. También hablaré de qué informaciones se dan en series y películas, entendiendo que no son divulgativas y no es su labor, pero sí si es acertada o si tiene que ver con mitos de la lactancia. Por ejemplo, en ‘Cría cuervos’, de Carlos Saura, una actriz dice que no pudo dar pecho porque tenía pechos pequeños, lo que sabemos que no es cierto. Además, tenía mucho interés en ver en qué ocasiones se veían madres alimentando a niños de más de un año de edad. Hay muy poco publicado sobre lactancia y medios, hay más sobre maternidad, que suele presentarse como una alegoría o una metáfora, no de forma cotidiana. Las mujeres estamos poco representadas en el cine y si lo estamos, nos muestran muy jóvenes y sin ser protagonistas; la maternidad se enseña siempre de forma secundaria, en escenas muy concretas.

¿Ha ido evolucionando la manera de representar a la mujer madre en cine y televisión en los últimos tiempos?

La primera que he analizado es ‘Amarcord’, de Federico Fellini (1973). En ella sale un niño de siete años que toma el pecho de estanquera, voluptuosa, con mucha carga erótica. Actualmente sí que hay más cotidianidad, sobre todo en las series, pero son muy pocas las que traten el tema con normalidad. Las que lo hacen es porque están pensadas para un determinado público, como ‘Un feliz acontecimiento’, una película francesa de 2011, pero no son las más taquilleras. Hay un ‘blockbuster’ americano en la que un adolescente le dice a una mujer que está amamantando: “Tápate las tetas que no estamos en África”.

¿En qué momento se interesa por estos aspectos en sus investigaciones y por qué?

Soy profesora universitaria y trabajo sobre la representación de la familia en los medios. Mi tesis fue sobre la fotografía familiar y, después, fui madre y vi que la maternidad real estaba muy mal publicitada y representada, que no era la que me habían vendido los medios. Fue a raíz del tema que me propuso Oro blanco para el congreso de Fedalma, que quiero convertir en un artículo. Lo que se ve ahora mismo, como en ‘Juego de Tronos’ o ‘Weeds’ es que dar de mamara un niño mayor de un año está muy relacionado a caracterizarlo como niño malcriado, déspota y al que los padres le permiten todo. Por ejemplo, ‘The Slap’ habla también de este tema, pues trata cómo ven a un niño los diferentes miembros de la familia.

¿Afectan estas representaciones a cómo las mujeres se ven a sí mismas?

Sí, porque los medios legitiman situaciones y proponen nuevas. Si una madre es lactante y ve en el cine situaciones cotidianas para ellas, va a sentirse bien y va a ver que es normal en la sociedad. En ese sentido digo que los medios legitiman. Además, crean estereotipos para madres que no son madres pero que quizá lo serán y para el público masculino, que será padre y lo verá natural.

Partiendo de que el cine y las series son ficción, sin finalidad divulgativa, ¿qué se podría mejorar?

Los medios de comunicación que hacen Periodismo tienen que ser rigurosos. Se dice que el Periodismo no tiene la culpa de cómo es el mundo pero sí de cómo se representa. La ficción es representación y puede explicar situaciones diversas, no es que sean rigurosas, es que de tantas que se hacen, en casi todas encontramos tópicos y vinculación al erotismo, al humor y a madre que malcrían. Habría que ver estadísticas, pero si tantas inciden en tópicos y mitos a lo mejor es que es lo que hay en la sociedad. Además, se asocia siempre a situaciones rocambolescas, como cuando en ‘Weeds’ una madre que tiene leche acumulada en el pecho le pide a un compañero, con el que había una tensión sexual no resuelta, que succione.

Acaba de publicar ‘Padres y madres en serie’. ¿Hay menciones a esta cuestión?

Se trata poco y no se le dedica un capítulo de un libro. ‘Padres y madres en serie’ recoge 20 series y en algunas se habla de ellas. Por ejemplo, cuando hablo de ‘Breaking Bad’ hablo de la lactancia de la protagonista. En dos o tres se menciona, como en ‘Los Soprano’. De forma tangencial acaba saliendo porque últimamente hay más series y más personajes. Sin embargo, el anterior (‘Madres en red’) sí que habla más de lactancia y, en concreto, de cómo los medios tratan las diferente etapas de la maternidad, el embarazado y la crianza.

Rosario «Charo» Sánchez-Escalonilla, Enfermera

Charo Sánchez-Escalonilla participa en el XIII Congreso FEDALMA dentro de la Mesa Redonda «Manos Amigas». Su ponencia trata del «Abuelas: del biberón a la lactancia».

“Las abuelas son objeto fundamental en la lactancia”

Rosario Sánchez Escalonilla González es enfermera y diplomada superior de Gestión de los Servicios de Enfermería en Atención Primaria por la Escuela Nacional de Salud. En relación con la lactancia materna, fue consultora certificada (IBCLC) hasta octubre de 2015, responsable del grupo de lactancia de la zona de salud de Fuensalida desde 1998 (en Fase 3D IHAN), miembro de la Comisión de Lactancia Materna del área de Atención Primaria de Toledo y responsable de la Comisión de Lactancia Materna de Fuensalida.

charo sanchez-escalonilla

Entrevista

Participará en una mesa redonda llamada ‘manos amigas’ y se centrará en las abuelas que en su día seguramente dieron leche de fórmula y ahora son un referente para sus hijas y nueras. ¿Qué situaciones se dan con estas personas?

Son las mujeres de mi época, que todavía sigue coleando, y tengo que decir que entonces ni como mujer ni como profesional me enseñaron nada. Pasé todas las calamidades cuando di a luz a mis tres hijos. En el 81, 82 y 86 yo había terminado ya la carrera hacía unos años y no me enseñaron nada, por lo que estaba expuesta a lo que me enseñaran las profesionales, que tampoco sabían nada. Y no las culpo, era lo que había. Sangrado, molestias, inflamaciones, grietas y la poca baja que había, y te decían además que había que sufrir mucho. Siendo profesional, llegué a Atención Primaria y a Pediatría con los mismos conocimientos, había leído algún libro, que había pocos y poco profesionales. Empecé creyendo que era fácil y, como soy muy ‘cabezona’, me puse a estudiar. Aprendí gracias a que había mujeres generosas y a que había un grupo de referencia que era la Liga de la Leche; después, con mucha tenacidad fui metiéndome en este mundo. Todavía somos escasas y raras y he visto a muchas abuelas que no han hecho este recorrido y siguen con su experiencia que teníamos la mayoría, por lo que de pronto te encuentras con que no saben cómo ayudar y lo que hacen es consolar a sus hijas, diciendo que el biberón es maravilloso. Hay pocas abuelas que hayan hecho este recorrido, con lo cual he intentado desde la consulta ‘enganchar’ a estas abuelas y meterlas en el grupo para decirles que son tan importantes que sus hijas las necesitan. Son objeto fundamental en la lactancia. La madre y la suegra van a decir lo que ellas consideran normal, que es que el bibe es maravilloso y así no sufren. He visto fundamentalmente dos modelos: las que van a intentar ayudar con sus conocimientos y las que van a dejar que sus hijas exploren. Tenemos que meter a toda la familia en el tema, la mujer no puede quedarse sola.

¿Cómo es la relación entre abuelas y madres en ese sentido? ¿Cómo se siente cada una?

Es muy delicado, porque siempre partimos de “yo sé más que tú” y “yo te he criado y mira qué maja que estás”. Es una especie de aval, porque se sienten inferiores al no haber sabido. Hay mucho dolor que no se expresa y nadie reconoce que fue porque no tuvo apoyo sino porque era lo que había que hacer. A veces se respaldan en eso en la manada. Cuesta que se expresen, hay mucho dolor si la hija dice “déjame que lo hago como yo quiero”, y busca apoyos en otras partes. Muchas abuelas se plantean que esto de la lactancia es una modernidad y que su hija se cree que sabe más que ella… Ahí hay mucho dolor que se debería reconciliar en la preparación previa al parto, donde pocas veces se incluye a las abuelas: está el padre pero no el resto de la familia. Los abuelos no opinan porque no saben, el abuelo da por bueno lo que diga la hija, no es un tema que les afecte y, de hechos, no recuerdo ningún caso donde el abuelo se haya entrometido; pero las abuelas, desde el dolor y la sabiduría, imponen su criterio y cuesta trabajo que saquen la parte de dolor de no haber podido aprovechar ese momento.

De enseñar a dar el pecho de generación en generación a perpetuadoras de mitos. ¿Es así?

Cuando las abuelas son bastante mayores, si son bisabuelas, hay todavía recuerdos. Muchas madres de ahora se apoyan en la calle con gente así, muy mayor. Las abuelas de mi época intentan seguir imponiendo este criterio, en otros temas a lo mejor se han actualizado (los ordenadores, por ejemplo) pero no en lactancia. Hay mucho dolor de lo perdido porque muchas mujeres no demuestran eso que les ha producido ese molestar, sino que se agarran a lo que tenían: no tenía leche, se quedaba sin hambre… Pocas veces exteriorizan sus verdaderos sentimientos. Las mujeres tenemos que empezar a salir del armario, igual que otras cuestiones se ha salido, porque ese dolor de la mujer que no llega a conseguirlo también tiene que verse. Muy pocas tienen convencimiento a la hora de dejarlo, sino que la mayoría se ven abocadas, sin apoyo.

¿Qué puede hacerse para que esto no suponga un impedimento para la lactancia materna?

Hay algo que me funcionó muy bien, pero que lo dejé por tiempo: en las primeras visitas en casa, donde estaba todo el mundo, aprovechaba para una tertulia y para que cada uno viera su rol. A lo mejor no es estar sentada y coger al niño, sino hacer la comida, por ejemplo. Una madre lactante nunca ordena nada, si puede lo hará ella pero no mandará a nadie y esto tiene como consecuencia que nadie sabe qué hacer, así que todo el mundo quiere coger al niño. Ir a casa y repartir los roles es importante, y asistir a una clase de preparación al parto o a una de las consultas. Invitarlas viene genial, pero si están es mucho mejor porque ahí ves los conflictos y observas cómo se comporta, explicas cómo ayudar, la implicas de alguna manera… Una mujer no puede criar sola a un bebé. Necesita de la ayuda social, porque criar es muy complicado, no es sencillo y si no tenemos apoyo es fácil que caigamos. El grupo que va a estar próximo el tiempo que sea tiene que tener unos conocimientos comunes y respetar y apoyar a la madre.

Acaba de jubilarse, ¿seguirá vinculada a la promoción de la lactancia materna?

Creo que quien ha cogido mi sitio tiene que tener un tiempo y no quiero interferir, pero voy al grupo algunos jueves, me mandan casos excepcionales y vienen a casa y yo les atiendo; seguimos en contacto, por supuesto. Sigo interesada en la acreditación de la IHAN porque me quedé a las puertas, con la documentación de la fase 4 a la espera de que vayan a evaluarlo. Tengo ilusión por ver cómo se resuelve. Independientemente de la satisfacción de lo hecho, me gusta que lo que se está haciendo se vea. Y de este modo te comprometes a seguir actualizado, no solo unos profesionales sino todo el equipo, lo cual hace que todos participen, como en una familia.

¿Qué opina del congreso?

Me parece que participará gente muy interesante y creo que voy a aprender mucho. Si las madres están informadas, es positivo. Quiero recordar que no se puede hacer nada para las madres sin las madres.

José Luis García Morales, Fisioterapeuta

José Luis García Morales participa en el XIII Congreso FEDALMA dentro de la Mesa Redonda «¿Pueden ayudar otros profesionales?». Su ponencia trata de «Fisioterapia y osteopatía en lactancia materna».

“Los bebés no son adultos pequeños”

José Luis García desde 2005 ejerce como fisioterapeuta y osteópata pediátrico en consulta privada, en el Centro Aúpale (San Sebastián de los Reyes). Tiene una amplia experiencia profesional como fisioterapeuta de Educación Especial y Atención Temprana. Es profesor titular en el Máster de Especialista Universitario en Osteopatía Infantil por la Universidad Atlántica de Lisboa y experto en fisioterapia respiratoria (en este aspecto, ha desarrollado el ‘método de fisioterapia respiratoria pediátrica sin llanto’). Es padre de dos hijos.

jose luis garcia

Entrevista

El XII Congreso Fedalma busca, con una mesa redonda, ver cómo otros profesionales distintos de los más habituales en su relación con la madre y el bebé pueden realizar aportaciones al éxito de la lactancia materna. ¿En qué sentido pueden ayudar la Fisioterapia y la Osteopatía?

Desde la Fisioterapia y Osteopatía se consigue dar movilidad y flexibilidad a los segmentos corporales que se vean restringidos de movimiento, ya sea por las tensiones producidas durante el proceso del parto, o bien compresiones en estructuras anatómicas necesarias para el movimiento de la lengua y mandíbula, etcétera.

En concreto, ¿qué problemas relacionados con la lactancia aborda la Fisioterapia y con qué técnicas o instrumentos los trata?

Los instrumentos que se utilizan son las manos del fisioterapeuta y las de la mamá o papá en caso de que se enseñe algún ejercicio para hacer en casa. Los principales problemas que se ven son de agarre, succión y deglución en el bebé; pero también se trabaja el estrés y la ansiedad de la mamá mediante, por ejemplo, técnicas de relajación.

¿Es conocida esta posibilidad entre las familias? ¿Aprecia un aumento de consultas en este sentido en los últimos años?

No, definitivamente no es nada conocido, es algo muy nuevo, que estamos haciendo muy pocos y desde hace muy poco tiempo. En nuestro caso cada vez es más conocida porque estamos en contacto con distintos grupos de apoyo a la lactancia, pediatras, matronas, etcétera.

¿Y entre los fisioterapeutas? ¿Tienen formación o interés en formarse en lactancia materna? ¿Cómo lo valora?

La verdad, no hay formación en lactancia desde la Fisioterapia. Veo en mis clases que los alumnos no saben nada de lactancia materna, a menos que además de fisioterapeutas sean mamás lactantes. La especialidad de Fisioterapia pediátrica está más enfocada al niño con patología neurológica y respiratoria, al igual que la especialidad de Fisioterapia uroginecológica y obstétrica está pensada para las patologías de la mujer.

Ya no solo en cuanto a la lactancia, sino durante el embarazo y el postparto ¿puede el fisioterapeuta convertirse en un aliado de la mujer? ¿En qué sentido?

Dentro de la Fisioterapia, existe la especialidad de Fisioterapia en uroginecología y obstetricia, donde el fisioterapeuta es un pilar fundamental en la salud de la mujer, ayudando en la preparación física para el parto, aliviando las dolencias durante el embarazo y, tras el parto, en la recuperación por ejemplo del suelo pélvico y la musculatura abdominal.

Si bien la Fisioterapia está reconocida y aceptada en nuestro país, no ocurre igual con la Osteopatía. ¿Cómo diferenciar un buen profesional de aquel que no lo es y no caer en engaños?

Efectivamente, al contrario de la Fisioterapia, actualmente la Osteopatía no está reconocida por ningún organismo oficial en España, pero no es así en otros países. De esta forma, aquí cualquiera puede declararse osteópata, independientemente de que haya completado una formación de un mes, de cinco años o incluso ninguna formación de Osteopatía. Para asegurar calidad en el tratamiento de Osteopatía, se debería acudir al único profesional sanitario capacitado para llevar a cabo ese trabajo, y ese profesional es un fisioterapeuta que, además, en su formación de postgrado haya estudiado Osteopatía. Pero de igual forma ocurre dentro de la propia Fisioterapia: no debería tratar niños ni bebés ningún fisioterapeuta que no esté formado en Fisioterapia pediátrica. Los bebés no son adultos pequeños.

Juan José Lasarte, Pediatra

Juan José Lasarte participa en el XIII Congreso FEDALMA dentro de la Mesa Redonda «Manos Amigas». Su ponencia trata del «Apoyo a la lactancia materna desde atención primaria».

“El contacto directo con los pacientes en las consultas mejora mucho el aprendizaje de los médicos en formación”
“Cada vez hay más profesionales sensibilizados con la lactancia”

Juan José Lasarte Velillas es pediatra en el CS Torre Ramona (Zaragoza), profesor asociado de Pediatría en el Departamento de Radiología y Pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza y director de la página web de la IHAN. Fue miembro del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP), coordinador y tutor de formación de profesionales sanitarios, ponente moderador en mesas redondas y reuniones científicas, profesor y director de cursos de formación para profesionales y autor de capítulos de libros y de publicaciones en revistas.

jj lasarte

Entrevista

Estará usted en el XIII Congreso de Fedalma, dentro de una mesa redonda llamada ‘Manos amigas’, para hablar de cómo apoyar la lactancia materna desde Atención Primaria. ¿Cuál es la idea principal que quiere transmitir?

La importancia de los profesionales sanitarios en el apoyo a la lactancia. Lo que podemos hacer y también nuestras limitaciones.

Es usted profesor de Pediatría y tutor de formación continuada a sanitarios. ¿Con qué conocimientos parten los especialistas? ¿Son suficientes?

Suficientes no son ni para los que llevamos años en esto, porque los conocimientos crecen a un ritmo vertiginoso. No obstante, los estudiantes cada vez están mejor preparados y también los médicos y enfermeras en formación (MIR y EIR). Ahora los estudiantes de Medicina tienen un año y medio de prácticas antes de terminar su formación y pueden tener contacto directo con los pacientes en nuestras consultas. Eso mejora mucho su aprendizaje.

¿Qué habría que mejorar en Atención Primaria para conseguir lactancias más exitosas? ¿Qué se está haciendo bien?

Soy optimista. Cada vez hay más profesionales sensibilizados con este tema y cada vez hay más talleres en centros de salud. Sin duda, emprender el camino para ser centro IHAN es garantía de calidad.

Es asimismo director de la web de la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN), ¿puede explicar brevemente en qué consiste esta acreditación? Hay más de 80 hospitales y más de 80 centros de salud en distintas fases, pero muy pocos acreditados, ¿a qué se debe?

La acreditación IHAN es un proceso largo y laborioso, por eso ahora se realiza en fases, para poder conseguir objetivos intermedios poco a poco. La primera fase es gratuita, sencilla de realizar, pero requiere el compromiso de la administración (cosa que no ocurre en todas las comunidades autónomas). Durante las fases siguientes se elaboran los materiales, los planes de aplicación y coordinación y, finalmente, se pone en marcha todo el sistema.

La IHAN también ofrece cursos de formación en lactancia, ¿a quiénes están llegando? ¿Qué otras demandas hay por parte de la sociedad y los sanitarios?

IHAN solamente organiza cursos para profesionales sanitarios. IHAN no trabaja con madres aunque a ellas van dirigido todo nuestro esfuerzo. Además de los cursos que hacemos a petición de los Servicios de salud de las comunidades autónomas o centros sanitarios, se programan otros con fondos de convenios establecidos con el Ministerio de Sanidad. Todos los años hay un curso de formación de formadores que se realiza en dos fases, otro para EIR y otro para MIR (este último ya va por su novena edición) y todos son presenciales.

Carmela Baeza, Medico de familia e IBCLC

Carmela Baeza participa en el XIII Congreso FEDALMA. A su cargo está la Conferencia «Mastitis y dolor en el pecho. ¿Cómo actuar?».

“El tratamiento de la mastitis es que el bebé mame más, con una succión frecuente y eficaz”

Trabaja como médico de familia en el centro de atención a la familia Raíces (donde también dirige el área de lactancia) y es IBCLC. Desde hace 12 años atiende en consulta a madres y bebés con dificultades en la lactancia. También dirige y participa en cursos de formación para profesionales de la salud. Forma parte del equipo de evaluadores de la Iniciativa Hospital Amigo de los Niños (IHAN). Asimismo, es autora del libro sobre crianza ‘Amar con los brazos abiertos’ y ha escrito diversos artículos en revistas como ‘Tu bebé’ y ‘Hacer familia’. Figura como ponente habitual en congresos y conferencias de lactancia. Madre de cuatro hijos.

carmela baeza

Entrevista

Va a ofrecer pautas sobre cómo actuar en caso de mastitis y/o dolor en el pecho. ¿Es algo frecuente entre las madres que amamantan?

Sí, por desgracia es una condición bastante frecuente, y en su mayor parte se debe a un manejo inadecuado de la lactancia… Generalmente, a que el pecho no es drenado de forma eficaz.

¿Qué nos debe poner sobre aviso para consultar con un especialista?

Nos debe poner sobre aviso notar una zona caliente, dolorosa, a veces enrojecida, en alguna de las dos mamas. Esto puede ir acompañado por fiebre y sensación como de tener una gripe, es decir, un malestar grande. De entrada, cuando se empiezan a notar estas molestias, no es necesario acudir a un especialista. Es necesario poner al bebé en el pecho dolorido con más frecuencia para que saque bien la leche. La madre debe estar, por tanto, tranquila, a ser posible en la cama con su bebé, beber buena cantidad de líquido, y ofrecer lactancia con frecuencia. Ése es el tratamiento de la mastitis. Si la madre sigue con fiebre más de 12 horas y no nota que va mejorando aunque el bebé le vacíe el pecho bien, entonces debe acudir a su médico.

Antibióticos, probióticos, cultivos de leche… ¿cuándo es necesario recurrir a ellos?

En la mastitis aguda es necesario recurrir a los antibióticos cuando la fiebre y el malestar no mejoran en 12-24 horas aunque el bebé (o la madre con extracción) esté vaciando bien el pecho. Los probióticos no tienen ninguna eficacia demostrada en el tratamiento de la mastitis aguda. Los cultivos se deben solicitar sólo si la mastitis es recurrente, muy grave o adquirida en el hospital.

¿Las mastitis pueden ser recurrentes? ¿Por qué causas se repetirían?

La primera causa de mastitis recurrente es que no se solucione el problema de base. Si un bebé está mamando con un agarre inadecuado y, por tanto, no drena bien el pecho, la madre puede tener mastitis de repetición y, por muchos medicamentos que le demos, mientras no se corrija el agarre seguirá teniendo problemas.

Una de las recomendaciones que dan algunos profesionales ante una mastitis es destetar, pero sabemos que es contraproducente. ¿Por qué?

¡Porque el tratamiento de la mastitis es que el bebé mame más!

¿Conocen suficientemente bien estas cuestiones los médicos de familia, las enfermeras o los ginecólogos, o necesitarían mayor formación?

En mi experiencia, necesitan más formación. Por desgracia, me llegan madres con tratamientos totalmente inadecuados que perpetúan su dolor y hacen que tengan recurrencias.

¿Qué ayuda se puede dar en un grupo de apoyo en estas circunstancias cuando es principalmente un problema médico?

El grupo de apoyo es esencial en dar apoyo emocional a estas madres, y en recordarles que el tratamiento básico y necesario de las mastitis de cualquier tipo es que el bebé haga una succión frecuente y eficaz.

¿Ponen las mastitis contra las cuerdas a las madres, pueden forzar un destete, se añaden a los factores que hacen mella en las mujeres lactantes?

Las mastitis ponen contra las cuerdas a las madres cuando reciben información contradictoria y tratamientos inadecuados que hacen que las situaciones de dolor se prolonguen en el tiempo.

Este tema, como otros médicos, ¿se encuentran tratados en su libro sobre crianza ‘Amar con los brazos abiertos’?

El tema de las mastitis no se trata en el libro, que habla más de aspectos emocionales… Sí recoge la importancia de una buena postura y un buen agarre, y sugerencias para conseguirlos. Cuando hay un buen agarre (sin dolor, sin grietas, el bebé engordando bien) el riesgo de mastitis es mucho menor. Sobre mastitis en concreto he publicado una monografía clínica y dos artículos científicos.

Baeza C. Dolor en la mama lactante: claves etiológicas y manejo clínico (I) en Monografías Clínicas en Lactancia Materna. Madrid: Centro Raíces 2015, p.3-13 http://www.centroraices.com/docs/MONOGRAFIA%20CLINICA%20RAICES%201%20-%20DOLOR%20MAMA%20%28I%29.pdf

Baeza C. Acute, Subclinical, and Subacute Mastitis: Definitions, Etiology, and Clinical Management. Clinical Lactation, Volume 7, Number 1, 2016, pp. 7-10(4)
http://www.ingentaconnect.com/content/springer/clac/2016/00000007/00000001/art00002

Baeza C. Chronic Mastitis, Mastalgia, and Breast Pain: A Narrative Review of Definitions, Bacteriological Findings, and Clinical Management. Clinical Lactation, Volume 7, Number 1, 2016, pp. 11-17(7)
http://www.ingentaconnect.com/content/springer/clac/2016/00000007/00000001/art00003

Entrevista a Diego Hernández, Neonatólogo

Diego Hernández participa en el XIII Congreso FEDALMA 2016. A su cargo está la Conferencia «Epigenética y lactancia materna, el mejor inicio para cambiar el mundo».

“La lactancia materna puede influir no solo en el presente, sino en el futuro de la salud de nuestros hijos”

Neonatólogo del Hospital General de Collado-Villalba (Madrid). Ha desarrollado parte de su carrera profesional en el Hospital General Universitario de Ciudad Real (HGRCR), tiempo durante el cual se convirtió en colaborador del grupo de apoyo a la lactancia materna de Oro Blanco Ciudad Real y participó en diversas ponencias y encuentros.

diego hernandez

Entrevista

Epigenética, un concepto bastante desconocido. ¿Qué significa?

Es un concepto antiguo que ha retomado fuerza en los últimos años. Se refiere a la parte de los genes que es posible que se modifiquen por distintas circunstancias: el medio ambiente, la alimentación, el clima, el lugar donde se vive… Estos factores tienen impacto sobre los genes y son capaces de modificar esa información que pensábamos que era invariable: nuestro mapa genético.

¿Qué papel juega ahí la lactancia materna?

Es uno de esos factores que puede modificar dichos genes. Es una de las intervenciones alimentarias (y no solo alimentaria, sino como modo de crianza y relación con nuestros hijos) que sabemos que puede impactar no solo en el presente de la salud de nuestros hijos sino en su salud futura a base de modificar la genética y que eso, a su vez, se transmita a siguientes generaciones.

Al ser la pauta natural, ¿el impacto sería cambiarlo?

La lactancia materna sería la norma y aquellas generaciones que han estado sometidas a otro alimento son las que se ven afectadas por esos cambios genéticos. Recuperar la lactancia materna de manera predominante es lo que volvería a promover cambios en la genética. En mi campo, que es la salud humana, redundaría en una mejor salud.

Supongo que estos efectos se ven a largo plazo, ¿son ya palpables esos efectos o aún no?

A lo largo de la vida de una persona ya se pueden ver cambios epigenéticos. Si un bebé toma desde el inicio leche de fórmula, puede hacer que tenga más apetencia por la comida más azucarada. Esos genes se pueden alterar y hacerle más propenso al sobrepeso o con mayor apetencia por los dulces. Como ha modificado esa información genética con esa predisposición, lo transmitirá a su descendencia. Se puede cerrar un ciclo de transmisión de información que no es conveniente en ese caso, si tomamos el mal ejemplo. Mirándolo por el lado positivo, si recuperamos la lactancia materna el cambio sería al revés.

Fue Oro blanco quien le propuso abordar este tema. ¿Qué conocimiento tenía previamente?

Nunca había profundizado en el tema por la complejidad y porque a priori se conocía poco. El interés me venía desde hacía tiempo, pero, al no ser directamente aplicable a mi trabajo, lo había dejado de lado. Mientras tanto, me he preocupado por promover actitudes saludables sin pensar en el impacto que podía tener sobre la genética. Oro Blanco me planteó este tema coincidiendo con un curso al que asistí y a partir de ahí fui profundizando: es impresionante ver cómo ciertas cosas impactan no solo en la superficie sino la impronta que dejan en lo más profundo, que es la información genética.

¿Es este un argumento para seguir promocionando la lactancia materna?

Es un argumento de peso. Pensar que las intervenciones que hagamos no solo tienen un impacto individual y presente, sino que estamos modificando probablemente lo que va a pasar en el futuro con nuestra sociedad y con los individuos. Es un argumento para seguir en ese camino, para seguir apoyando factores saludables como el inicio de una alimentación con lactancia materna exclusiva.

Entre los profesionales, ¿hay formación en este sentido?

Nos suena muy de lejos. La formación en lactancia en general en el personal sanitario es desgraciadamente todavía escasa. Parece haber un interés, pero es superficial, está ahí pero poco se atreven a profundizar. Sin embargo, es una parte fundamental para poder modificar nuestras conductas como profesionales, pasar por una formación uniforme en la que todos hablemos el mismo idioma y no confundamos a las familias. Hay que trabajar en la misma línea, con la evidencia científica que nos respalda y que permite que todos podamos hacer las mismas recomendaciones. El estilo lo pone cada uno, pero las recomendaciones están claras. Afortunadamente, sí que hay un interés creciente y mucha gente está dedicando tiempo a mejorar la formación de quienes trabajan en salud. Queda un largo recorrido.

Pasó un tiempo en Ciudad Real y aprovechó para colaborar con Oro blanco. ¿Qué balance hace de ese periodo?

Estuve más de seis años en Ciudad Real. En líneas generales, el balance fue muy positivo. En cuanto al desarrollo profesional, me afiancé como pediatra dedicado a la lactancia y parte importante de poder dar ese salto fue encontrar el grupo y tener el ‘feedback’ de las madres, que me contaban cómo se sentían tratadas por los profesionales. Fue una experiencia bonita y permitió que me desarrollara y avanzara, además de intentar cambiar algunas cosas en el hospital, pero también fue un camino plagado de dificultades: el escepticismo, las viejas costumbres, las influencias comerciales… Había mucho trabajo por hacer cuando yo me fui. También me quedo con que muchos compañeros se contagiaron del entusiasmo por cambiar las cosas y me consta que sigue intentando poco a poco, dentro de sus posibilidades, hacer bien a la lactancia y a las madres. Sin duda, como en muchas otras partes, el apoyo tiene que ser más uniforme y constante. Encontrar el grupo fue un descubrimiento porque antes no había trabajado con ellos y me pareció una manera maravillosa de estar con la gente y recibir tanto críticas constructivas como cariño por las cosas bien hechas. Es un movimiento con fuerza y entusiasmo, con ganas de hacer cosas y de hacerlas bien. Me llevé grandes amigos.

Ahora está en Villalba, en un hospital de nueva creación. ¿Es más fácil implantar estas rutinas al empezar desde cero?

Sí. Una de las cosas que más me costaba era luchar con rutinas establecidas y empezar un hospital desde cero, con gente joven, bien formada y con ilusión de hacer bien las cosas, está suponiendo que establecer rutinas sea más sencillo que en otros sitios. También es cierto que vivimos un momento en que, afortunadamente, tenemos mucha evidencia que apoya nuestro trabajo. Uno de nuestros argumentos es que es más fácil empezar las cosas bien que cambiarlas después, y eso es algo que gusta mucho no solo a los pacientes, sino también a quien maneja los hospitales a nivel de gestión. Lo que invirtamos ahora en lactancia va a ser un ahorro futuro y es más barato que otras medidas hospitalarias. No nos está costando, por tanto, instalar rutinas favorables a la lactancia en el hospital.

¿Qué sentirá al regresar a Ciudad Real?

Estoy muy ilusionado de volver para reencontrarme con compañeros y amigos, así como disfrutar de un congreso que se está preparando con muchísima ilusión.

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