En España se dice: “Mamá, quiero teta”
Desde FEDALMA queremos compartir y elevar públicamente nuestro sentir ante la campaña divulgativa del MINISTERIO DE IGUALDAD con motivo del 8 M.
Exponemos que:
- La maternidad elegida y libre y la lactancia materna, como derecho sexual y reproductivo de la mujer han sido, una vez más, ignoradas e invisibilizadas.
- La lactancia materna es un derecho humano de la criaturas y necesita el compromiso y el apoyo de todas las instituciones tal y como se recoge en el Real Decreto 867/2008 de 23 de mayo de PROTECCIÓN DE LA LACTANCIA MATERNA y cuyo desconocimiento a este ministerio no le exime de su cumplimiento.
- Es una tarea pendiente y urgente a la vista de las imágenes del vídeo que debemos trasladar y denunciar públicamente el incumplimiento del Código de Sucedáneos de la leche materna, cuyos riesgos están perfectamente definidos y su impacto en la salud de mujeres, bebés y de todo el planeta.
Somos conscientes de que en algunos sectores del feminismo la maternidad es vista como sumisión al patriarcado. No conciben otro modelo porque hemos crecido oyendo y sufriendo en la carne de nuestras madres que los hijos lastran la vida de las mujeres. A pesar de eso el feminismo no puede silenciar la voz de las madres que tal y como refleja la estadística del INE del 2018 sobre fecundidad dice que 9 de cada 10 mujeres desean ser madres.
Es una tarea del feminismo acoger nuestras demandas.
Pero no son los hijos quienes nos lastran, es la falta de corresponsabilidad de las parejas, la falta de apoyo social, la falta de redes de apoyo mutuo y la falta de valoración de los cuidados y la falta de políticas públicas que doten a la maternidad de recursos.
No hay nada más de la mujer que la lactancia.
Existen muchas formas de compartir la crianza más allá de preparar un biberón.
Forzar a la mujer a renunciar a un derecho sexual y reproductivo, como es la lactancia materna elegida, no es igualdad.
Tolerar, desde administraciones, prevención de riesgos laborales y sindicatos, que la carga de la conciliación laboral y lactancia recaiga sólo sobre la mujer, permitiendo que mutuas y responsables eludan su obligación de cubrir permisos de riesgos por lactancia materna, eso no es igualdad.
Poner a la mujer en una situación en la que debe elegir entre su bienestar físico y emocional (y el de hijas e hijos) y ver mermada su capacidad económica, recurriendo a reducción de jornada o permisos no remunerados no es igualdad.
En España se dice: «Mamá, quiero teta».